Capítulo 60[ Finale Caótico]

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El miedo paralizó a Kaminari mientras caminaba de un lado a otro en la sala de espera del hospital, luego de que perdiera de vista a aquel tipo que tenía a su amiga un héroe llegó a ayudarlo con Mina y amablemente le había llevado al hospital y de paso notificó lo de su amiga desaparecida y el tipo que posiblemente se la llevó. Se cuestionó mucho sus acciones en un momento así, se culpaba mucho por dejarla ir así y por mucho que tratara de justificarse siempre terminaba en su culpa, así que lo único que podía hacer en estos momentos era estar al lado de Mina y dar toda la información posible a quien si pueda ir por su amiga.

Kaminari- por favor que esté bien... - murmuró mirando la pared cómo si fuera lo más interesante en esos momentos

- chico... - el rubio miró a un doctor bastante tranquilo y con una sonrisa leve en su rostro

Kaminari- cómo está Mina? - la preocupación en su rostro era clara

- esta bien, hicimos una prueba y revelamos que fue drogada, algo para dormir nada más, se levantará cuando haya pasado el efecto- el rubio soltó un suspiro- no te ves muy bien

Kaminari- una amiga está perdida, se la llevó un tipo y... - soltó un suspiro- fue mi culpa...

- tu querías drogarla y secuestrarla? - el rubio le miró sintiéndose bastante atacado

Kaminari- obviamente no! Son mis amigas y nunca se me cruzaría esa idea por la mente- el rubio soltó un suspiro- sólo que debí darme cuenta...

- dudo mucho que te hubieras dado cuenta, en casos así la gente suele culparse pero hey, a menos que seas el que está detrás de todo esto no creo que debas preocuparte por algo fuera de tu control- el doctor puso su mano en el hombro del rubio esperando relajarlo por lo menos un poco- si alguien se llevó a tu amiga es ese alguien quien debe pagarlo no tu...

Kaminari- gracias doc...- no es que dejara su culpa pero por lo menos la disminuia

No era para menos, su amiga raptada estaba sujeta a una cama en una habitación con iluminación tenue, las paredes de color vino quitaban la poca visibilidad que dejaba las lámparas del lugar, eso sin contar con las cortinas negras y rojo que no dejaban entrar ni un rastro de luz. Viendo cómo la chica dormía, Michael se deleitaba con mirada morbosa y sed agonizante, sentía una extraña excitación por lo que había hecho y estaba por hacer, tenía un nudo en la garganta y mucha sudoración, todavía no decidía por dónde comenzar, por esas perfectas piernas o por sus pechos, quizá por su abdomen, aún no lo tenía del todo planeado lo que si tenía bastante claro era que la chica debía estar despierta y bastante consciente de lo que pasaba, era la mejor forma de romperla, si iniciaba y ella despertaba en medio de su juego no tenía el mismo impacto que deseaba tener.

Aún así quería por lo menos tocarla mucho más que simplemente atar sus manos sobre su cabeza, en la encimera de la cama y sus pies casi al borde de la cama, esos conectores aún estaban libres y se veían bastante deseosos. No podía soportarlo así que con mucha tensión se acercó y tocó con suavidad el pie descalzo de Kyoka, aún no la había desvestido, eso también quería hacerlo con ella despierta.

Subió su mano lentamente por sus piernas deleitandose y agradeciendo que el uniforme de UA sea tan permisivo, siguió subiendo por encima de la falda hasta llegar a su abdomen dónde sobre salía un poco la camisa del uniforme, subió un poco dicha camisa mirando la piel de la chica antes de palmar con sus yemas su suave abdomen, se preguntaba si Izuku la había tocado de tal manera y claro que tan lejos habían llegado en el ámbito íntimo.

Dejando sus pensamientos de lado siguió subiendo por la camisa hasta llegar al cuello de la chica, se acercó mucho oliendo la esencia de la pelimorada antes de continuar tocando su rostro y finalmente llegando a los conectores que salían de sus orejas, tiró de ellos un poco para luego acercarlos a su rostro lamiendo un poco y degustando la sensación en su paladar, algo salado para su gusto.

atrapada en el deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora