Recipiente del odio

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Cuando lo supo,

ardió dentro,

allí,

donde Caín fue y tomó la piedra;

apenas pisó la grava de esas tierras

se volvió un animal amarillo de nombre denso;

algo negro se devoraba a sí mismo en su centro,

entre el alma y la lengua,

no se contuvo, abrió la puerta

y Abel cayó desparramado.


"Recipiente del odio" (Juan Ortiz)

ARABELLA: La herencia de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora