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La habitación parece un departamento. Y ni siquiera uno que pueda costear, es inmenso. Así que así es como se ve una suite en persona. La cama es enorme. Dan ganas de correr hacia ella y dejarme caer, pero sería difícil considerando que vengo de la mano con Suguru.

No me pareció extraño que viniéramos a un hotel. Al tratarse de uno que ya de lejos se ve lujoso, creí que cualquier habitación estaría bien. Pero tan pronto entramos, la recepcionista se acercó a nosotros y le otorgó una llave dorada. Además, nos hicieron saber que subirían la cena dentro de una hora, además de un vino. Todo por parte de la casa.

¿Trabajar en Cappuccino Capital da este tipo de beneficios a sus empleados? Faltó poco para creer que Suguru es el presidente de Japón.

He visto a gente de la alta sociedad antes. Una vez me contrataron como fotógrafa de un evento de caridad para combatir el cáncer. Fue de mis eventos mejor pagados y uno que no me dejó con la inquietud de conseguir otro al instante para costear los gastos de la casa. No. Pudimos vivir cómodamente por más tiempo del promedio.

Aunque dejé tarjetas de presentación, no me han vuelto a llamar. Por lo que mi trabajo más solicitado sigue siendo el de acompañar a los periodistas del periódico local. La paga es decente y las notas para las que me llaman no son nada de alto peligro. Tráfico, un incendio (para el cual hay medidas de precaución), escenas de un robo, cobertura de eventos como premiers de películas o lanzamientos de álbumes por aristas musicales. Sencillo.

El sonido de una botella de champán siendo destapada me hace sobresaltar. He estado en un trance desde que entré a este lugar. Ah, me quiero dar un baño de espuma en la tina del baño. Es amplia y sé que está llamando mi nombre.

—Creo que te ha gustado la habitación— me molesta Suguru.

—Decir que es linda no le hace justicia— tomo una copa y la acerco a él para que me sirva de la botella cuya marca desconozco. Así es como me doy cuenta de que algo es costoso, cuando no conozco el nombre y solo aquellos que pueden costearlo lo hacen—. Espléndida parece la palabra correcta.

—Sí, es cómoda— dice él como si nada.

—Por favor, eso es exactamente lo que alguien con mucho dinero diría. Estás acostumbrado, claro que no te parece la gran cosa.

—Me declaro culpable— ríe por lo bajo.

—¿Qué es esto? ¿Prestaciones de la empresa? ¿Un bono por buen trabajo?— pregunto antes de tomar un sorbo de mi bebida.

Delicioso.

—La empresa es inversor de esta cadena de hoteles, así que sí, se puede decir que es una clase de beneficio.

—Es molesto cuánta importancia le restas— me siento en el borde de la cama—. Pero me parece increíble.

—Eres fotógrafa, ¿no has visto lugares más impresionantes?

—Soy fotógrafa local— digo en un suspiro—. Si tuviera el dinero para dedicarme a viajar por el mundo y tomar fotografías de auroras boreales, ciudades nevadas, o paisajes de ensueño, entonces te diría que he visto lugares mejores que una habitación de un hotel de cinco estrellas. No, de una suite de cinco estrellas— corrijo. 

—¿Tokio no te parece lindo?

—Ah, no es eso. No niego que este país y este distrito son hermosos. Sé que siempre habrá algo nuevo por ver, pero... No sé. Creo que me hace falta motivación. Y tiempo. Debo concentrarme en fotografías que dejen dinero. Una vez que el dinero no sea un problema, podré disfrutar más de lo que hago.

—Parece que el dinero siempre es un problema. No tenerlo. Tenerlo. Ambos significan problemas.

—¿Es como en las películas? ¿Tienes parientes que se aprovechan del dinero, o que te lo piden prestado con frecuencia? ¡Oh, ya sé! Una pelea por la herencia— chillo de emoción, a lo que él sonríe.

Positions | Geto S. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora