Positions | Geto S. (+18)

016

—Yo lo hubiera golpeado— expresó Utahime sin piedad alguna—. Jamás me agradó ese idiota. ¿Y ahora viene y te dice esas estupideces? 

—Bueno, tampoco es nuevo que quieras golpearlo— Shoko se encogió de hombros.

—Tiene una cara golpeable.

—¿Cómo se lo está tomando Yuji?— preguntó Megumi.

—Ni siquiera tuvo tiempo de procesarlo— solté un suspiro—. Su competencia se acercaba y encima le pidieron llegar con días de anticipación. Creo que es bueno que se enfoque en vez de pensar en eso.

—Es lo mejor— asintió Megumi, cruzándose de brazos—. A veces, distraerse con algo productivo es la mejor forma de superar una situación así. Además, Yuji siempre ha sido bueno manejando la presión.

—Pero no por eso deja de ser difícil— dije, mirando mi vaso de café casi vacío—. Siento que aún no he procesado todo esto. La conversación con Satoru... fue como cerrar una puerta que llevaba abierta demasiado tiempo.

—Y fue lo correcto— Shoko añadió, encendiendo un cigarrillo y exhalando lentamente—. Te mereces más que estar atrapada en el pasado con alguien que no supo valorar lo que tenías para ofrecer.

—Exacto— Utahime asintió con firmeza—. Y si vuelve a acercarse, más te vale llamarme. Te juro que le haré esa cara aún más golpeable.

A pesar de la seriedad de la situación, no pude evitar soltar una pequeña risa ante la intensidad de Utahime.

—Gracias... a las tres. En serio. No sé qué haría sin ustedes.

—Probablemente, hubieras golpeado a Satoru tú misma— dijo Shoko, con una sonrisa traviesa—. Solo que nosotras te ahorramos el trabajo.

Megumi dejó escapar una pequeña risa, y por un momento, el peso de lo ocurrido se sintió un poco más ligero. Estaba rodeada de amigos que me entendían y me apoyaban, y eso, en ese instante, era más que suficiente.

—¡Ah, cierto! Suguru me dijo que están invitados a la Gala de Cappuccino Capital. Es en un par de semanas, pero sería bueno ir viendo vestidos— me giro hacia Megumi—. Tú también estás invitado. 

Megumi arqueó una ceja, claramente sorprendido.

—¿Yo? ¿A una gala? No sé si sea lo mío— dijo, encogiéndose de hombros mientras desviaba la mirada, claramente incómodo con la idea.

—Oh, por favor, Megumi— interrumpió Utahime, rodando los ojos—. Sabes que te ves bien con traje. Además, sería bueno que te divirtieras un poco. No todo en la vida es estudiar y entrenar.

—Exacto— añadí, sonriendo—. Además, estarás con nosotros. No tienes que preocuparte por nada. ¡Solo disfruta de la comida y el ambiente!

Shoko le dio una calada a su cigarro, exhalando con tranquilidad.

—Piensa en la barra libre, Megumi— sugirió con su tono calmado, pero con una chispa de diversión en los ojos—. No suena tan mal, ¿o sí?

Megumi dejó escapar un suspiro resignado, cruzando los brazos sobre el pecho.

—Está bien, está bien. Pero no me hagan probarme nada ridículo— dijo, mirando de reojo a Utahime, quien simplemente le sonrió con inocencia fingida.

—No prometo nada— respondió ella, con una expresión traviesa.

Mi celular comenzó a sonar. Al ver el nombre en la pantalla, me disculpé con los demás para responder. Fui hacia la cocina para que no me interrumpieran.