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—¿Dormiste con un jodido gancho en la boca? No dejas de sonreír— acusa Yuji mientras se sirve un vaso con jugo de naranja para el desayuno.

Quedé sorprendida de que ayer la noche no haya terminado en sexo salvaje en un hotel cinco estrellas. Suguru dijo que solo habíamos cerrado el trato, y que hoy era oficialmente nuestro primer día. Lo dijo como si estuviéramos saliendo. Técnicamente, es así, ¿no? Es decir, no veremos a otras personas. Somos exclusivos. Pero no hay sentimientos románticos de por medio. Solo sexo.

Como él dijo, solo mencionaré que somos amigos. Dejaré la parte de "con beneficios" de lado. Pero también sé que no se lo podré ocultar a Yuji. Soy un libro abierto para él.

Cuando Suguru me vino a dejar a casa, era la hora de la cena. Entré a casa solo para ver a Yuji comiendo un cereal en la sala de estar mientras veía un anime en emisión. Al escuchar el ruido que habían hecho las bolsas con las cosas que me compró Suguru, por fin se giró a verme. Casi se le salen los ojos. Ambos sabemos que no tenemos dinero para derrocharlo así.

Volvió a acusarme de ser una sugar baby. Aunque ahora no está tan alejado de la realidad. Solo faltaba que Suguru fuera un hombre viejo. Así que diré que es un patrocinador de mis caprichos.

—No me malinterpretes, me gusta verte así. Pero no quiero que estés haciendo algo que te haga sentir bien ahora y de lo que después te puedas arrepentir— me advierte.

—No me estoy drogando.

—Yo no dije eso. Así que me hace sospechar de que lo haces.

—Si te lo digo... no me vayas a juzgar.

—Mei, jamás haría eso.

—Estoy viendo a alguien.

—¿Es el mismo chico de hace dos días? ¿Es algo serio?— dice con comida en la boca.

Yo frunzo el ceño, arrugo la nariz, y bajo las comisuras de mis labios, cuando siento una migaja que ha salido de su boca para llegar a mi brazo. Tomo una servilleta para limpiarme y luego se la aviento. Él procede a limpiarse la boca con ella.

—Es... ¿Un patrocinio?— digo más en cuestión de pregunta que como un hecho.

—¿A cambio de qué?— enarca una ceja.

—No es que sea una clase trueque, Yuji.

—Es sexo, ¿no es cierto? No sé por qué te da tanta pena decirlo. Ya no soy un niño.

—De acuerdo. Decidimos mantener relaciones. Somos exclusivos. Ninguno busca algo serio. Y bueno, resulta que él tiene mucho dinero y me ha comprado un par de cosas.

—¿Qué es esto? ¿"Mujer bonita"?— de un momento a otro, se lleva las manos a la boca y jadea en asombro—. ¿Mi hermana es una prostituta?

—¡No seas idiota!— esta vez le lanzo una manzana que él atrapa con una sola mano—. Suguru es ahora también un amigo.

—Así que son amigos con beneficios. Le diste muchas vueltas al asunto para llegar a eso. ¿Al menos lo conoces un poco?

—Pues tiene veinticuatro años, le gusta pagar sus citas, es demasiado honesto, y trabaja en Cappuccino Capital.

Al decir eso, no puede evitar toser.

Yo le acerco un vaso con agua que él procede a beber para luego recuperar la respiración.

—Carajo, dejas lo mejor para el final.

—¿Por qué lo dices?

—Cappuccino Capital son inversionistas. En este momento, buscan patrocinar atletas.

Positions | Geto S. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora