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—Y Carlos? Viene o no viene—pregunto Danilo, desde el techo de un edificio.

—Para, tené paciencia.

—Fua loco, te aburrido estar acá sin la Emma, ¿Por qué no vino hoy eh?.

—Bue, estás obsesionado con mi hermana loco, la viste ayer conformate, aparte se quedó porque tenia que estudiar, hoy rinde algo— contestó mientras miraba hacia abajo divisando al viejo que conocían como "cachucha".

—Ese cachucha es re pajero, el otro día habían unas minas en la parada del bondi, se bajó los lompa' y les mostró la poronga todo—le comentó a su amigo, ganándose una carcajada por parte de este debido a la forma en que lo narraba —Nada qué ver igual, yo lo prendo fuego si se lo llega a hacer a tu hermana.

El de rulos rodó los ojos. No siempre había sido así, Danilo solía odiar a Emma con el corazón, queriendo llevarle la contra en todo y buscándole la pelea siempre que podía, y el carácter de Emma no ayudaba en lo absoluto. Así que consciente o inconscientemente le seguía el ruedo, terminando en gritos rivalidad mutua y uno que otro golpe de parte de la chica.

Pero un día su amigo decidió que Emma era linda, y que ya no tenía sentido pelear con ella... Y al siguiente le gustaba.

¿Adivinan lo que pasó al siguiente?

Su amigo estaba en una etapa en la que no se sabía si estaba completamente enamorado o completamente obsesionado ¿Lo peor? Era su hermana de quién estaba enamorado, era de su hermana de la que hablaba todo el día todos los días, era a su hermana a la que miraba con ojos brillosos, no de deseo, mas bien algo más íntimo y verdadero, y él no podía estar más desconforme con la situación.

Lo único que lo dejaba tranquilo era que Emma era mayor que ellos, y por ende a Danilo no le iba a pasar ni la hora.

Al menos eso esperaba...

—E Carlos, te re fuiste, mira que le tenes que pegar eh, sino te las tomas—se burló recibiendo un empujón por parte de su amigo.

—Que empujas gil? Mira si me caigo culpa tuya.

Ambos juntaron saliva y comenzaron a tirar escupitajos al aire tratando de pegarle al viejo verde.

—CACHUCHA!—grito el castaño antes de tirarle un gallo en el pómulo en cuanto se dio vuelta correspondiendo al llamado.

Por su parte Emma caminaba por las calles de tierra y cemento viejo y descuidado, casi echando humo por las orejas, estaba decidida a matar a Carlos, iba a hacer que llegara tarde a la escuela y a ella no le gustaba llegar tarde a... Ningún lado.

—la concha de dios! Te voy a prender fuego a vos y a tu hermano!.

Rodó los ojos, sabía perfectamente lo que ambos iban a hacer, y no precisamente porque se lo hayan contado, pero los conocía tan bien a los hijos de puta que no tuvo que ni pensar en donde podrían estar.

Lo siguiente que escuchó y divisó fue como el pincha corría al viejo de ahí, completamente cansado de la presencia de este, existiendo solo para estorbar y ser un pajero.

Al verla caminar frente a él, frenó un poco su andar y ofreció su mano a la de rizos, siendo correspondido por un sonido seco y fuerte proveniente de sus palmas.

—Que hace' Pincha—saludó antes de soltar sus manos y ambos alejarse yendo por caminos contrarios.

Al llegar a la parte de abajo del edificio, observó a su hermano y amigo reírse a carcajadas ambos acostados boca abajo en el suelo de ese techo.

—CARLOS!— gritó, haciendo que su hermano volteara a verla borrando su sonrisa y callando las carcajadas que salían de su boca hace tan solo unos segundos. Por el contrario, Danilo al verla ensanchó su sonrisa, lo que miraba ahora se resumía en una sola palabra. Perfección.

Un pañuelo adornaba su cabeza, como casi siempre, hacia juego con sus pantalones. Sus rizos sueltos, algo húmedos, como si recién hubiera salido de bañarse.

De brazos cruzados, asesinaba a su hermano con la mirada, mientras hacía una mueca que dejaba ver toda su ira acumulada.

Como lo ponía que estuviera enojada.

—¿Que haces ahí pelotudo? ¿No vez que tenemos que ir al colegio?!— otra vez gritó haciendo que su hermano soltará un leve "ya voy" mientras se levantaba junto al castaño y desaparecía de la vista de la morena.

Momentos más tarde salieron por la puerta de entrada del edificio, siendo recibidos por un golpe en la nuca a cada uno, a pesar de ser más baja que ambos.

—La próxima vez se van solos, me hacen llegar tarde a todos lados—se quejó mientras le colocaba la mochila a Carlos y acomodaba su chaqueta de jean como si fuera un niño chico.

Danilo al ver esto decidió ocultar sus celos inocentes e incontrolables con una carcajada burlona dirigida a su amigo.

Lo cierto es que él no tenía una mamá como Adriana, que lo cuidara cómo ella cuidaba a sus hijos por igual, ni tenía una hermana como Emma, quien se encargó de que a Carlos no le faltará nada a pesar de ser tan solo un año mayor que el, comportándose como una madre más en ocaciones. Teniendo gestos como el que acababa de realizar.

Él lo único que tenía era a su hermano Sebastián, y no lo malinterpreten, él amaba a su hermano, después de todo compartían linaje y se había quedado con él cuando todo el mundo los había abandonado. Sin embargo su hermano se la pasaba en los malos hábitos, la delincuencia y el vicio. Y Danilo muy en el fondo de su corazón sabía que él no lo iba a llevar por buen camino.

Al oir la carcajada burlona Carlos fulminó a su amigo con la mirada. Emma tan solo volteo a verlo, acercándose a él, acomodandole la campera que traía puesta y el cabello que se había despeinado, dejándolo sorprendido y con cierta calidez por la reciente acción que más que molestarle, le había encantado. Había sentido su tacto tan cálido y dulce, que le llenó el corazón de emoción.

—Y tu mochila?—pregunto la de rizos mirándolo a los ojos.

—Yo no entro hoy, tengo otras cosas que hacer.

—Danilo...

—Solo es hoy Ángel, no me va a pasar nada por faltar un día.

—Eso dijiste la semana pasada y faltaste toda la semana.

—que ahora me vigilas?

—Me preocupo gil.

De repente Carlos no se sentía parte de la conversación, se sentía un tercero entrometido en una discusión en la que la tensión emanaba por todo alrededor de ambos, y no necesariamente tensión de la mala.

Emma dejó de discutir, tomándolo de la oreja para acercarlo a él y besarle el cachete, despidiéndose, cómo acostumbró a hacer, y él no se quejaba, pero siempre deseaba que se desviara un poco y sus labios calleran accidentalmente en los suyos.

La chica se alejó de él y le tendió la mano del otro chico mientras esperaba a que se despidiera de él, Carlos aceptó el agarre y ambos se dirigieron rumbo a la escuela, dejando atrás al castaño que de vez en cuando bajaba la mirada de la espalda de la morocha hacia otras partes del cuerpo.











AUTHOR'S NOTE:

Disculpen la demora mis chikistrikis. Sinceramente no contaba con imaginación, sin embargo aquí nuevo cap, for you.

Las amodoro con el cozaron💗😘

𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋//ᵈᵃⁿⁱˡᵒ ˢᵃ̃ⁿᶜʰᵉᶻ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora