Capítulo 763 - Un Paseo que de Alguna Manera se Convirtió en una Cita

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"Entonces, ¿Me vas a decir que no ha pasado nada?" Preguntó Maya, curiosa.

"Es confidencial, Maya, ¿No has oído que la curiosidad mató al gato?" Víctor sonrió burlonamente.

"Hmm~, por suerte, soy un Lobo, así que estoy bien, Ahora dime de qué estabas hablando. ¡Incluso creaste un portal al Infierno en medio de la Ciudad!" Insistió Maya.

Víctor sonrió ligeramente ante la expresión ansiosa de Maya, sólo para decepcionarla diciendo: "Es un secreto."

"¡Oh, vamos, Víctor! ¡No puedes hacerme esto!" Exclamó Maya, frustrada.

"Sí que puedo", replicó Víctor con calma.

Los dos siguieron jugando mientras exploraban varios puntos de interés que a Maya le parecieron lo suficientemente fascinantes como para enseñárselos. Pasaron por una fascinante variedad de tiendas, cada una con su propio ambiente.

Una de las tiendas que visitaron se especializaba en armas medievales. Al entrar, Víctor quedó inmediatamente envuelto por el distintivo olor a cuero y acero. Las paredes estaban adornadas con escudos ornamentados y espadas magníficamente elaboradas, cada una de las cuales contaba su propia historia de tiempos pasados. Víctor se sintió tentado a tomar una espada en sus manos, apreciando el peso y el perfecto equilibrio del arma.

Otra tienda que llamó su atención fue una Boutique de Curiosidades Exóticas. El ambiente estaba repleto de artículos intrigantes, desde joyas exóticas hasta artefactos místicos de tierras lejanas. Cada estante exhibía tesoros únicos, como amuletos encantados, frascos de pociones misteriosas y estatuas talladas a mano de Deidades Antiguas. Víctor se sintió como si hubiera entrado en un mundo de maravillas desconocidas, cautivado por el aura del Misterio y la Magia.

También había una tienda de antigüedades con muebles y objetos antiguos cuidadosamente dispuestos. Víctor y Maya se maravillaron ante la elegancia y el encanto de las piezas antiguas, como relojes de bolsillo, arañas de cristal, espejos dorados y muebles de intrincada talla. Cada objeto parecía contener una historia única, un susurro del pasado, que les invitaba a imaginar las vidas y los acontecimientos de los que habían sido testigos.

Víctor y Maya se veían transportados a mundos diferentes con cada nuevo establecimiento mientras continuaban su recorrido por las tiendas. Se sumergían en las distintas atmósferas y quedaban encantados con las maravillas que encontraban a la vuelta de cada esquina.

A Maya todo le parecía nostálgico, pero a Víctor todo le parecía nuevo. Después de todo, él sólo había visto estas cosas a través de los recuerdos de otros; nunca las había experimentado personalmente.

Maya se dio cuenta de que nadie les prestaba atención mientras caminaban. Sólo cuando iniciaban una conversación los Hombres Lobo parecían darse cuenta de su existencia. Era como si estuvieran allí, pero no simultáneamente.

Lo mismo había ocurrido antes, cuando Víctor abrió un portal al Infierno en medio de la Ciudad; nadie parecía haberse dado cuenta del peligro inminente.

Maya atribuyó esta extrañeza al propio Víctor y a su vasto arsenal de misteriosos Poderes. La sensación de caminar por la ciudad sin que nadie la señalara con el dedo o murmurara cosas sobre ella era bastante agradable. Nunca pensó que echaría de menos esa intimidad que había perdido hacía tiempo por ser alguien muy famoso.

Durante todo el viaje, Maya no sintió ni una pizca de aburrimiento. Las reacciones genuinas de Víctor ante cada nuevo descubrimiento eran como música para sus oídos y una alegría para sus ojos. Observar de cerca las emociones que le atravesaban se convirtió en un placer personal para Maya, una fuente de entusiasmo renovado.

Mis Tres Esposas Son Hermosas Vampiros『 4 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora