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El momento que Renata y Regina no querían que llegara finalmente sucedió, luego de pasar la tarde juntas fuera por las calles de Madrid riendo y admirando todo a su alrededor regresaron a casa donde luego de que la hermana de Acosta acomodara las cosas que había utilizado dentro de su valija nuevamente, fueron en compañía de Gemma y Marc hacia al aeropuerto donde a ambas jovenes les tocaría despedirse por un largo tiempo.

En los planes de Renata no se encontraba volver a ir a un Gran Premio, quería olvidarse de Pedro y sobre todo volver a su vida antes de aquel finde semana, eso si claro que sin dejar a su nueva confidente de lado porque Regina en poco tiempo se había convertido en eso, la amiga y confidente que por tanto tiempo busco pero que al final encontro.

En cuanto llegaron al aeropuerto luego de que Marc dejara el coche en el estacionamiento tanto la pareja como ambas adolescentes se encaminaron hacia adentro a esperar la llegada de Pedro.

Renata miro el reloj en su muñeca y vio que aún faltaba más de veinte minutos para que el avión con destino a Murcia que llevaría a los Acosta de regreso partiera.

-Espero poder verte pronto, por favor Ru piensa en lo que te he propuesto -comentó regina con ilusión luego de que ambas se dieran un fuerte e intenso abrazo-
-Lo hare -respondió baby ru mirando a los ojos verdes de regina mientras sostenia sus manos- te echaré de menos Regi, gracias por cada momento durante estos días, me haz hecho muy bien tía -agregó-
-Me ha encantado Madrid y más aún pasar tiempo contigo. Es una suerte conocerte -respondió regina- y muchas gracias a vosotros por la atención, han sido muy majos conmigo -habló ahora dirigiendose a marc y a gemma quienes sonrieron manteniendose a un costado de renata-
-Puedes volver cuando quieras Regi -respondió gemm- me ha encantado conocerte -agregó-
-Mira, justo ha llegado tu hermano -hablo marc señalando detras de ella por lo que regina se giro-

Renata no pudo evitar ponerse nerviosa al mirar hacia el lugar donde señalaba su cuñado para ver finalmente a Pedro.

Trago saliva al ver al campeón de Moto3 acompañado de Zoe quien tomaba su mano, junto a dos personas mayores que ella misma deducio que seguro se trataban de los padres de la última mencionada.

Por otro lado, Pedro recorrió el lugar con su mirada hasta dar con la persona que estaba buscando: su hermana.

En cuanto la encontró levanto su mano y saludo de forma amable para luego comenzar a despedirse haciéndolo primero de sus suegros.

-Justo allí se encuentra mi hermana. Es hora de la despedida -comenzó a hablar- gracias por traerme hasta aquí y por como soís siempre conmigo. Ya se los he dicho mil veces en lo que va del finde semana pero saben que espero poder verlos en Valencia, será un finde semana importante para mi -agregó sonriendo dirigiendose a los padres de zoe-
-No tienes nada que agradecer -respondió la mujer sonriendo- gracias a ti por hacer feliz a nuestra niña.
-Pedro querido, me encanta tenerte en casa, siempre eres más que bienvenido. Tranquilo que haremos lo posible por poder acompañarte en Valencia -habló ahora el padre de zoe-

Luego de despedirse de ambos tocaba despedirse de Zoe y ese momento más que dolerle a el, le dolería a alguien quien desde lejos los observaba.

Baby Ru sintió como su corazón dio un vuelco debilitándose por completo cuando las bocas de ambos se encontraron pero esta vez en un beso profundo que al separarse fue acompañado de un "te amo" por parte de quien ella comenzaba a querer, le dolía, le dolía saber que se estaba equivocando, le jodia saber que luego de tanto tiempo en soledad fuese la persona equivocada la que viniera y despertase en ella todo lo que Alvaro en su momento logró.

Mientras Renata sentía como todo en su interior se venía abajo, Pedro luego de aquel beso se aferro con todas sus fuerzas a Zoe, sentía que aquel abrazo podía ser quizás el último, el último porque luego de este finde semana no tenía dudas de que la chica que ahora mismo tenia entre sus brazos, la chica que antes creía amar con locura tristemente ya no despertaba nada en el porque otra persona era ahora quien lo estaba haciendo.

¿DESTINO O CASUALIDAD? | PEDRO ACOSTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora