Apesar de los intentos de Crowley por hablar con Aziraphel, este siempre lograba evitarlo y desde hace ya 3 días no cruzaban palabras y aunque tenía su número tampoco le respondía.
-¡Aziraphel!-.
Aziraphel nuevamente intentó escapar pero está vez Crowley fue más rápido y lo arrinconó dejándolo sin lugar a donde correr, lo tenía contra la espada y la pared.
-Ángel, que demonios te sucede, de la nada me estás ignorando y exijo que me digas porque carajos lo estás haciendo-.
Aziraphel ya no podía correr, ya no podía escapar de enfrentar a su amigo, no podía, pero tampoco le podía contar el porque de esta situación, la culpa lo carcomia por dentro y lo único que hizo fue romper en llanto.
-Ey Aziraphel, por ¿Por qué estás llorando? Oye vamos, no se muy bien como consolar a las personas cuando lloran, maldición-.
Crowley estaba nervioso, la ira que tenía, se había desvanecido por completo al ver a Aziraphel en ese estado incontrolablemente.
-Lo, lo siento-.
-Crowley yo, yo soy un sucio pecador y me iré al infierno-. Fue decir esto para que Az empezara a llorar a un más.
Crowley abrazo a Aziraphel -escúchame muy bien, todos somos pecadores, nadie, absolutamente nadie es un santo, y tú tienes el corazón muy puro, eres un ángel.
-Para empezar si fuese el caso yo sería el primero en caer y me convertiría en un demonio en el infierno por toda la eternidad-.
Aún así el peliblanco era un mar de lágrimas, y por más que Crowley tratará no podía hacer que parase de llorar.
La unica solución que encontro y bueno siendo honestos la que primero se le ocurrió fue por impulso tomarlo por el cuello de la camisa y plantearle un beso en los labios.
Fue tanta la impresión que hizo que Az se detuviera de inmediato y quedará en shock.
-Por el amor de quien sea, ya deja de llorar-.
Las neuronas de Crowley aún no habían procesado lo que había hecho y cuando por fin agarraron señal este se puso por primera vez de un color rojo brillante.
Por su parte Aziraphel tampoco podía terminar de entender que había sucedido, lo único que hacía era tocarse los labios.
-Este, Aziraphel, bueno no parabas de llorar y no supe que más hacer-.
*Aunque en el fondo no estuvo tan mal y realmente no es que me arrepienta*.
Aziraphel reaccionó y le dijo que no podían, que esto estaba mal.
-Primero ese sueño y ahora esto, no es posible, yo no puedo esto es...-
Crowley no lo dejo terminar y pregunto de que sueño hablaba, entonces Aziraphel callo en cuenta que había hablado de más, e intento una vez más tratar de huir pero no lo logro.
-¿De qué sueño estás hablando?-. Insisto
-Aziraphel, me estás diciendo que todo esto, todo este juego del gato y el ratón fue por ¡un sueño!-.
-¡No es solo un sueño!; ¡no lo entiendes!-.
-Todo absolutamente todo está mal conmigo, eso por eso que me molestan, es por eso que me tratan mal en la escuela y también...
También es por eso que mis padres no me quieren y que nadie me quiere realmente, ¡La razón de que este solo!-.
Aziraphel nuevamente volvió a llorar, y Crowley nuevamente volvió a abrazar a Aziraphel solo que ahora más fuerte aunque al inicio intento separarse Aziraphel al final cedió y le correspondió el abrazo.
-Ángel no estás solo, y por supuesto que no es verdad que nadie te quiere, yo estoy aquí, contigo y yo... Si te quiero, o ¿por qué crees que te hablé en primer lugar?-.
No fue solo por qué te veías tierno en un rincón del salón como un pequeño gánster.
Eres una persona extraña, demasiado bueno para tu bien, y muy ingenuo, si, no lo negaré pero aún así eres un muy buena persona, mucho mejor que yo y mucho mejor que muchos de los que conozco-.
Aziraphel, no tenemos bandos, nadie puede decirnos lo que está bien o mal, porque cada persona percibe estas cosas de una manera diferente, para los demas lo que está bien o mal siempre varía de uno a otro.
-Crowley... Me hubiera gustado ser una mujer, sería todo más sencillo-.
-¿Por qué lo dices?-.
Aziraphel se quedó un momento en silencio para luego mirar a Crowley directamente a los ojos.
-Yo, creo que me gusta alguien; bueno digo, es que nunca me había gustado nadie pero con esta persona me siento diferente, pero esta persona es un hombre y no creo que sea lo correcto-.
-Por que no seria lo correcto, amar no es un pecado-.
Por alguna razón Crowley no quería escuchar de quién se trataba pero a la vez necesitaba con toda su alma saber quién había cautivado el corazón de su ángel, por dentro los celos empezaban a surgir.
Hace no mucho conocía a Aziraphel pero desde el primer momento en que lo vio no pudo apartar su mirada de él, sentía como si ya se hubieran conocido miles de años atras aunque esto fuera imposible.
-¿Conozco a dicha persona? ¿Es de la escuela?-.
-Si a ambas preguntas, además creo que se podría decir que la conoces muy bien-.
-Pero el que tenga este sentimiento, me asusta que pueda pasar, me asusta a un punto que no puedo terminar de predecir.
Y si al final del día solo es un error, si termino haciéndole daño, y haciéndome daño yo mismo.
Sería todo mi culpa, además somos muy diferentes, como el día y la noche-.
-Aziraphel te preocupas por cosas que no sabes si pasarán, ¿y si esta persona te corresponde? No crees que valdría la pena arriesgarse y saber que lo intentaste a que luego al final de todo arrepentirte por no haberlo hecho-.
*Maldición desde cuándo me volví una persona que dice las cosas y ni siquiera las aplica, valla hipócrita que resultaste Anthony J Crowley, me das pena*. Pensó para si mismo Crowley.
-Crowley, la verdad es que la persona que me gusta, bueno es...-.
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Inefables
RandomAziraphel, un joven de una familia muy religiosa, hace amistad con Crowley un chico nuevo el cual es alguien completamente opuesto a él en todo sentido, pero estás diferencias van a ser las que hagan que cada vez se unan más, ya sea para bien o para...