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El ruido de un celular me hace despertar.

El ring se corta y alguien comienza a hablar.

--Hola...-- La voz de Víctoria sonaba más grave de lo normal--Si, ella misma...Oh, claro...Deben hablar con Mariana para pactar una fecha...Bien...Cabron...Estamos hablando, bye.

Me remuevo un poco incómoda en la cama y decido por fin abrir los ojos con un poco de dificultad.

--Buen día-- Sonríe al verme.

--Hola...-- Acomodo mí cuerpo de costado para verla mejor.

Sus pelos estaban desordenados.

Claramente anoche acepte dormir con ella.

No sé sobrepasó conmigo, fue como dormir con una amiga. O sea somos amigas ¿No?

--¿Dormiste bien?

--Si, más cómoda que en el sillón seguro-- Reí.

--¿Quieres que te traiga el desayuno?

La rubia decide acercarse a mí y nuestra distancia pareciera ser mucho más corta de lo normal. Nuestras respiraciones se mezclan y nuestros ojos se conectan entre si.

Me acordé del estado en el que estába Nicolás anoche y me preocupe.

--Gracias Vic, pero iré a ver cómo está Nico-- Me levanto de la cama rápidamente.

--Ve-- Su voz paso de ser la más dulce del mundo a la más cortante.

¿Porque es así?

Salí de la habitación y entre a la otra. Nicolas seguía dormido, apoye mí mano sobre su frente y estaba a temperatura normal, el ibuprofeno le había bajado todo. Decidí dejarlo dormir un rato más y baje a desayunar.

Victoria y Mariana estaban hablando pero al entrar a la cocina se callaron.

¿Que es lo que no puedo escuchar?

Me pone nerviosa.

--Sara, hay un poco de café y galletitas por si quieres-- Ofreció la pelicorta.

Yo solo acepte y arme mí desayuno.

Me senté en la mesa del living sola mirando a la nada pensando en nada.

Veo como Víctoria y su amiga caminan hacia el patio donde siguieron charlando mientras fumaban un cigarrillo.

No sé porque siento que se escapan de mis oídos, no quieren que escuchen lo que están hablando.

--Buenos días amor-- Nicolás aparece en el living de la casa.

--Buen día ¿Cómo te sentís?-- El morocho de acerca a mí a darme un beso fugaz.

--Mejor...-- Fue hasta la cocina en busca de un vaso de agua y luego se sentó conmigo.

--¿Seguro que estás bien? Podemos ir al médico.

--Me siento bien baby, lo prometo-- Sonríe.

--Me quedo tranquila entonces-- Tomo un sorbo de mí café.

--¿Cómo dormiste anoche? El sillón no se ve tan incómodo.

--No estuvo tan mal...

No estuvo tan mal dormir con Víctoria.

--Buen día Corillo-- Mauro aparece bailando en las escaleras.

--¿Quien pudiera despertarse tan alegre?-- Reí.

Mariana y Víctoria vuelven a entrar a la casa y se sientan junto a nosotros.

--Hoy tenemos que ir pa el estudio, tengo algunas ideas-- Habla la rubia.

CONFUSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora