CONFUSIÓN

28

--Sara... Estás hermosa hija.

No podía emitir sonido ni movimiento.

¿Que hacía aquí mi padre?

¿Porque aparece ahora?

Tantas preguntas inundan mis pensamientos.

--¿Que quieres?

Fue lo único que me salió preguntar en ese momento.

--Yo también te extrañe.

Encima irónico.

--¿Que haces aquí Ricardo?

--No soy Ricardo, soy tu padre.

Dios, encima con sermones.

--Yo no tengo padre... Dime de una vez ¿Que haces aquí en PR?

--Vivo aquí hace años con mi mujer.

Quise cerrarle la puerta en la cara pero la freno con su pie.

--Sara, necesito hablar contigo, por favor... Déjame pasar a tu casa.

--No eres bienvenido aquí.

--Estas enferma hija...

¿Enferma?

--Estoy bien-- Fruncí el ceño sin entender.

--Nicolas me contó todo.

Nicolás... Ya me había olvidado de su existencia.

--No creas nada de lo que el te dice, es un idiota.

Intenté cerrar de nuevo la puerta pero no pude.

--Vengo a ayudarte hija, quiero llevarte a un médico.

--Pero si estoy bien.

--Sara... Sales con una mujer.

Ahora entiendo lo que seguramente Nicolás le contó.

--¿Y que tiene?-- Eleve mis hombros.

--Estas enferma, tienes que ir a un psicólogo o psiquiatra.

Okey esto es el colmo.

--Ricardo, me abandonaste de pequeña, desapareciste de mi vida ¡¿Y ahora pretendes entrar en mi vida?! Claro que no, eso no pasará-- Me acerque a el-- Tu eres el enfermo que abandona una niña de solo cuatro años para irse tras otra mujer, idiota.

Me aleje de él.

--Estoy enamorada y feliz con mi mujer, no intentes arruinarlo... Ya me cagaste la vida bastantes años ¡Déjame en paz!

Cerré la puerta de un golpe.

Apoye mi cuerpo contra la puerta y me deje deslizar hasta sentarme en el piso. Las lágrimas no tardaron en aparecer ¿Porque? ¿Porque ahora?

--Mami ¿Que paso?

Levanté la mirada al escuchar la voz de mi novia.

Victoria estaba envuelta en una toalla y sus pelos húmedos daban a entender que recién salió de la ducha.

--Escuche gritos ¿Estás bien?

Ella se acerca a mi y al notar que estaba llorando me jalo de la mano para pararme y darme un fuerte abrazo.

--¿Que paso baby? Parece que viste un monstruo-- Limpia mis lágrimas con la yema de sus dedos.

--Lo ví amor... Mi padre.

--¿Que?

Ella se quedó estática, sin entender que estaba sucediendo. Pareciera que manifestamos su aparición cuando hablamos de el hace un rato en la casa de la familia de Victoria.