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--Cualquier cosa llámame por favor.

Mariana me tomaba de las manos, jalo de mi para darme un fuerte abrazo.

Victoria y yo nos encerraremos en casa para ayudarla con su rehabilitación. Ella tiene muchas ganas de salir adelante. Celeste aprovecho su vulnerabilidad emocional en su momento y le ofreció consumir drogas como la única alternativa para calmar su dolor. Género un daño inmenso en mi novia, pero yo la ayudaré, yo curare esa herida.

Mariana y Mauro decidieron irse a un hotel por unos días. Sus amigos están muy preocupados pero saben que está en buenas manos.

Victoria aún seguía durmiendo. Ayer vino en pésimo estado y lloro toda la noche hasta conciliar el sueño.

Prepare el desayuno en una bandeja y fui hasta la habitación para despertarla.

--Amor-- Sacudí un poco su hombro-- Despierta, te traje el desayuno...

De a poco abre sus ojos pestañando algunas veces. Al verme una vaga sonrisa aparece en su rostro.

--Bueno día amor-- Mira la bandeja sobre la cama-- Gracias.

Se sentó apoyando su espalda en el respaldo. Me senté junto a ella para acariciar su rostro.

--¿Cómo estás?-- Pregunté.

--Me duele mucho la cabeza-- Bufo.

--¿Quieres seguir durmiendo?

Claramente no le iba a ofrecer ningún fármaco.

--No, quiero que me des mucho amor.

Un puchero se forma en su rostro y no pude evitar darle un gran abrazo, me hacía muy mal verla así.

--¿Mariana y Mauro ya se fueron?-- Pregunto una vez que nos separamos.

--Si, solo será por unos días hasta que estés mejor-- Tome su mano.

--Baby, lo siento...-- Susurra.

--¿Que cosa?

--Todo esto, no te merezco.

--Shhh, deja de decir tonterías-- Acaricio sus mechones rubios que caen sobre su rostro-- Soy tu compañera de vida, estaré en todas las situaciones buenas o malas... Saldrás adelante, yo te ayudaré.

--Eres la mejor Sara, la mejor.

--Lo se-- Guiñe mi ojo-- Ahora come algo que hice tu desayuno favorito.

Ella asiente.

Mientras ella desayunaba yo acomodaba un poco la habitación que era un desastre de cosas.

Victoria no es la persona más ordenada del mundo pero yo le acomodo todo.

--Amor, esto está increíble-- Habla con la boca llena.

--Lo hice con mucho amor-- Tiro un beso al aire.

--¿Que me harás el amor dices?

--¡Victoria!-- Le tire una remera que tenía en la mano.

--Bueno, yo escucho cosas, no sé-- Rie.

--Sisi, claroooo-- Rei.

Entre al baño para ordenar un poco, había maquillaje mío y de Victoria tirados por todos lados. Siempre que salimos a bailar hacemos un lío tremendo.

Mientras acomodaba todo en su lugar me encontré con una caja de lata, esas en las que se guarda bijouterie. Mire disimuladamente hacia la habitación y visualice a la rubia degustando su desayunado mientras jugaba con su celular.

CONFUSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora