WILLIAM GUEST
Han pasado tres días desde que Emily agachó la cabeza delante de mí y aún no he podido borrar esa maldita imagen. Ni siquiera el intentar al recordar todos los buenos momentos que hemos compartido puedo evitarlo.
Nunca pensé que pudiese herirla tanto y para colmo, me ha dicho James que quiere dejar su trabajo en la casa de mis padres. Espero que solo sean palabras vacías que se dicen cuando uno está enfadado, porque no quiero que algo así recaiga sobre mi conciencia.
No solo estaré obligando a un trabajador a abandonar su puesto de trabajo por culpa de mi estupidez, sino que les romperé el corazón a mis padres. Este año los he encontrado mucho más recuperados de la muerte de mi hermano y sé que la principal culpable es Emily, aunque Kate también tiene mucho que ver.
Hasta yo me he sentido mucho más cómodo en Benston y si soy sincero conmigo mismo, ha sido la señora Byron con sus conversaciones y sus ocurrencias la que ha hecho que no eche tanto en falta a Edward como el año pasado.
—¿De dónde vienes con el pelo mojado? —me pregunta James, con una sonrisa traviesa, que me da a entender que supone que me he aseado en otra casa.
—He ido a nadar y tú, como siempre, pensando solo en el sexo —intento bromear, aunque últimamente no estoy en mi mejor momento.
—¡Esta mañana ha llovido! —exclama, confuso, como si la lluvia fuese un impedimento para poder nadar.
—Acostúmbrate, amigo. Aquí llueve durante todo el año —le recomiendo antes de subir a mi alcoba para cambiarme de ropa.
—Emily se va —me cuenta, antes de que pueda dar más de tres pasos.
—¿Se va? ¿Cuándo? —pregunto, desilusionado.
—En veinte días. Se lo acaba de comunicar a tus padres y tu madre se ha puesto a llorar, aunque no delante de ella, por supuesto —me cuenta.
—¿Qué les ha dicho?
—Que una señora necesita de sus servicios porque tiene dos hijos pequeños y le ha dado pena decirle que no. Tu madre ha intentado convencerla, pero ella ha cambiado el tema y a continuación se ha puesto a tocar el piano.
—¿Sigue en el salón del piano?
—Sí. ¿Vas a hacer algo? ¿Confesar?
—Me voy a cambiar de ropa, que esta está un poco mojada y hablaré con ella. No sé si quiere que mi madre sepa lo que ha pasado.
—Me dijo que no quería decírselo para no romperle el corazón cuando se enterase de lo que ha hecho su hijo.
—Soy un lechuguino y un trapisondista —me insulto a mí mismo.
—Tranquilízala e intenta hablar con ella. A tu padre lo vi muy triste esta mañana.
El corazón se me encoge todavía más con las palabras de James. A veces pienso que hubiese sido mejor que me hubiese quedado en América. Con la llegada de Emily a la vida de mis padres se habían recuperado muchísimo de la muerte de mi hermano y yo, con mi forma de actuar, sin pensar en las consecuencias, lo he estropeado todo.
Les estoy fastidiando otra vez, aunque ellos desconozcan que es por culpa de mis acciones, por lo que Emily y Kate se irán de nuestras vidas.
***
De camino al salón, vestido con la ropa más sencilla de las que cuento en mi vestuario actual, escucho la Sonata para piano n.º 14 de Beethoven. No he tenido el placer de haber escuchado a Emily tocar con anterioridad y puedo apreciar que ha practicado muchísimo más que yo con el instrumento.

ESTÁS LEYENDO
Lady in waiting - Terminada
Historical FictionA Emily le ha tocado nacer en la Inglaterra de principios del siglo XIX, con una niña pequeña a la que cuidar y alimentar y un futuro incierto. El miedo y la preocupación harán que no se permita soñar con una vida mejor, ya que solo unos pocos afort...