Mi Hábitat.

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Lunes trece de junio. Bilbao. Sede de Baskdone Internacional.

Es droga. Es mi motivación más potente. Yo no soy absolutamente yo, sin esto. He estado diez días de vacaciones con Aitor en los que hemos estado viajando por el sur de España.  Huelva, Cádiz, Málaga… . Un par de días también en el Algarve. Aunque todos los días me he conectado de una u otra forma a mi trabajo, necesitaba volver y hacerlo así. He venido a la oficina a las cinco de la mañana para sentir esta sensación, para verme a solas gestionando y supervisándolo todo. Hoy en día todos los sistemas están tan evolucionados que podría hacer todo mi trabajo más técnico desde casa o incluso desde el móvil, pero este es mi hábitat y aquí es donde me centro mejor. Tan solo con entrar en la planta de dirección desierta, me enciendo y motivo. Siento además que estos días de descanso, sol y playa junto a mi familia me han ayudado a descansar y he podido ordenar pensamientos. Al entrar en mi despacho veo la foto de Ana que lo preside. ¿ Me estaré convirtiendo en ella?. ¿ Puede ser que nos parezcamos tanto?. Eso no sería malo, no. Ana fue una de las mejores personas que he conocido, que me dio más de lo que yo merecía, que me quiso más de lo que supe ver y que me acogió bajo su brazo hasta que tuvo que marchar. Lanzo un beso cariñoso hacia la foto para consagrar el respeto que sigo sintiendo hacia la persona que fue Ana López de Aiala.

La primera hora la dedico a revisar datos y correos, estadísticas, contratos, proyectos…  Es como si en mi cerebro se cargara el sistema operativo, los programas necesarios para funcionar correctamente. A las seis y cuarto me preparo un café solo doble y empiezo a emitir mis señales, mis gestiones. Me esfuerzo en cada mensaje y en cada correo de utilizar las palabras más adecuadas para fomentar sinergias positivas. Organizo tres reuniones por video que me interesan especialmente para esta mañana. También ordeno orientar desde un nuevo punto de vista un proyecto importante que tenemos en estudio para la estación intermodal de Róterdam. Afuera se escucha que empieza a haber movimiento. Pocos minutos más tarde, entra en mi oficina Maria Calderón. Son las siete y diez. Nos saludamos con dos besos en las mejillas.

Yo-. Egunon Maria. ¡Qué madrugadora!.

Maria-. Quería haber venido antes incluso. Sabía que tú estarías aquí desde muy pronto y quería poder charlar contigo, pero al final he andado con el tiempo justo. ¿Desde qué hora llevas aquí?.

Yo-. He madrugado… Está bien. ¿Te parece entonces que charlemos tomando un café?.

Preparamos entre las dos los cafés. Esta vez yo tomaré un cortado y ella uno solo. Doble…  Hace tiempo que me llama la atención que Maria tiene muchos detalles de comportamiento que se parecen mucho a los míos, incluso aquellos que no dejo salir en el ámbito del trabajo. Después en los sofás sentadas, empieza una breve charla sobre mis vacaciones y sobre el trabajo en mi ausencia. En ese momento yo la pregunto por su relación de pareja directamente.

Yo-. ¿Tenéis planes para este verano?. Cogerás tus vacaciones en quince días…

Maria-. Este año Unai tiene que trabajar. Cogerá sus vacaciones más tarde, así que yo me iré unos días a visitar a mis padres a Salamanca. Desde que se jubilaron, apenas vienen por aquí. Quizá vaya también unos días a Ibiza. Tengo dos amigas que viven allí.

Yo-. Unai…  ¿Sabes que cuando yo tenía poco más que tu edad, tuve una pareja que se llamaba así?.

Maria-. ¿ Era de aquí?. Tú a esa edad vivías aún en Cataluña.

Yo-. No. Es texano. En realidad le conoces. Él es Unai Aldaia, el dueño de Datka promotions. Trabajamos para ellos en USA y está metido en el proyecto de la fundación. Te lo presenté el día de la cena en NY la víspera de la presentación. Tú volvías de Barbados, ese día.

El viento susurrará tu nombre. Virginia Zugasti IV. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora