Narra Astrid
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El sol aun no salía y ya estábamos listos. Hoy era el día del intercambio y debíamos alistarnos para interceptarlo. Dos noches y un día habían pasado desde nuestro encuentro con Alvin, se informo de lo sucedido a Dagur durante una junta que no resulto del todo bien, el consejo de la aldea se opuso a la intervención dando como resultado una mesa llena de hombres enojados. Algo raro había pero guarde silencio al ver que Dagur hizo callar a todos, nadie objetó ante su autoridad y siguieron al pie de la letra su orden. Con Hiccup estuvimos presentes, mas no participamos; los problemas dentro de los clanes deben ser resueltos dentro y seria inapropiado meterse en sus leyes.
Haddock, quien guardaba silencio mientras escuchaba el palabrerío sin sentido, se quedo para después de la charla hablar sobre el plan. Durante la mañana siguiente se empezo desde temprano para alistar todo lo requerido, todo ese día estuve al mando de vigilar los puestos de avanzada y huida en caso de que algo no saliera igual a lo que esperábamos. Hiccup se quedo todo ese día en la forja con los nuevos modelos de armas que se dispuso a hacer. Fue un día lleno de planeación y mas planeación.
-Alvin se nos unirá en el camino... Queda ya claro que el este estará libre y será nuestra ruta de escape en caso de que algo no salga como queríamos. Por los reportes de los guardias las tropas se extiende a veinte metros a la redonda desde su punto de cambio... No se olviden que debemos ser en general agiles y no quedarse en el centro, la zona esta infestada de trolls y no queremos que otra desgracia como la de hace días pase ahora- repasaba lo dicho anteriormente, Haddock. Estaba tenso y molesto, este problema tomaba todo de si y su energía se sentía fluctuosa. Me estaba empezando a preocupar. Con un ademan de manos pidió al resto que hicieran un repaso de lo que haríamos hoy.
-Avanzamos por el oeste para interceder al este...- dijo Mala, quien se encontraba frente a nosotros.
-Los gemelos y yo de vigías en las copas y procurando intervenir en caso de que pase algo...- Heather siguió con su parte.
-Yo y Eret en el centro, vigías- dije mi parte que me tocaba compartir con mi ayudante.
-Dagur y Mala vendrán conmigo para la avanzada... Patán- dijo mi castaño a mi lado sin quitar su vista del mapa que reposaba en la mesa.
-Tomo al bastardo y lo traigo de regreso al clan...- respondió ante la mención de su nombre, mientras miraba sus uñas en intento por parecer tranquilo. Quería sacarle en cara de que era muy caro su pavor. Por eso evito a toda costa ir conmigo, eso y por que obviamente encontraría dos formas de morir lentamente.
-Patapez te recibirá y accionara la barrera para evitar intrusos...- volvió a recordar Hiccup, mirando a Patán y recalcando cada palabra.
-Bocón y Throk irán detrás de Astrid y Eret sacaran al sujeto del punto...- se volvió a el herrero quien asintió a la orden.
-Parece que estamos listos...- dijo con orgullo a todos los habitantes en la carpa. Cada uno ellos asintió y sin mas tomaron sus cosas y salieron.
La carpa fue desalojada de a poco. Me di la vuelta para darle la espalda a la entrada, comencé a cambiar las prendas que traía por unas mas ajustadas y a prueba de fuego. Cargaba una de mis camisas gigantes que era sujetada por mi armadura, junto a mis mallones de siempre y mis botas de piel. No era un atuendo que me ayudaría ser mas ágil y en el mejor de los casos poder mezclarme en la espesa maleza. Saque primero mis botas y baje mi mallon, lo cambien por unos de cuero, lo mismo hice con mi camisa por una ajustada y de mangas largas. Estaba terminando de vestirme cuando unas manos detuvieron a mis dedos en las cuerdas del corsé.
-No tienes que ponerte en riesgo innecesario- su voz, sonó a mis espaldas, tirando de las cuerdas para que la pechera se ajustara a mi figura.
-Ya tuvimos esa conversación... No cambiaré de idea, Haddock- dije, sentí sus labios en mi hombro y luego en mi oreja. Estaba tenso y su respiración era profunda. No lograría convencerme.
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†☽-HALLOE-☾†
FanfictionLa sagrada tierra que se esconde de la visita de extraños. Guardando tanta belleza entre sus imponentes muros. Las impolutas montañas, que el sol va tocando al paso que nace desde el horizonte. Bañando de esplendor la tierra La tierra de que reclam...