13

104 15 2
                                    


— Bien, este podría gustarle a Wolfram.

Yuuri cogió un diario dorado del estante y observó su precio, es justo, bonito y barato.

Lo veo muy simple.

Se rascó la cabeza, pensando en otra cosa que pueda darle por su cumpleaños atrasado. No lo ha vuelto a ver desde que pasó lo del beso hacer tres o cuatro días (hasta perdió la cuenta), y ahora para ir y pedirle perdón está comprando un regalo para él.

... Aunque no sabe porque siente que hizo algo mal, debe disculparse con el rubio por el beso (cuando fue Wolfram que lo beso), suspiró. Ese era su primer beso y lo dió con un chico, con un lindo por cierto.

— Bien, yo le llevaré una paleta. — sacó una de las golosinas.

Yuuri alzó una ceja.

— ¿No es muy barato?

— ¿Por qué? Yo soy el adoptado, tú eres su esposo, tú debes darle detalles más bonitos no yo... ¿O quieres que cambiemos pareja? Mira que yo si quiero, no me cae bien Shinou.

Yuuri guardo silencio al verlo tan desesperado por el tema de más parejas, pero una pequeña linea cruzó sus labios. Negando con una sonrisa, paso al lado de su amigo directo al mostrador.

Murata alzó una ceja está vez.

— ¿Te ríes de mí?

Yuuri no respondió, pagó y se fué. Siempre con el de lentes a su lado, balbuceando algunas quejas de su pareja dada por el sistema.

Así es, mi primer beso fue con mi futuro esposo.

Abrió la puerta del súper, dejando pasar a su amigo.

Y no importa si es un chico o no.

— ¿Por qué sonríes así? Me das miedo.

Yuuri se rió de él y solo negó, sin decir ni una sola palabra.

Es mío.

Murata frunció el ceño.

¿Será que lo poseyeron en la tienda?

Caminó alejado por seguridad personal.

Wolfram había estado en la biblioteca, buscando un libro en particular para leer mientras su tío y sus dos hermanos estaban fuera de casa. ¿Y su madre? Ella no está en casa, ya que anda en busca del único y verdadero amor.

"Supongo que se aburre de estar con sus hijos en casa."

Pasó frente a la bibliotecaria y pidió el libro, dejando una pequeña reserva por si no devolvía el libro en diez días.

— Gracias. — sonrió, saliendo del lugar.

Ni siquiera pudo dar diez pasos fuera de la biblioteca cuando unos brazos lo rodearon por la espalda de la nada. Por instinto frunció el ceño, dió un codazo con todas sus fuerzas en el estómago de quien sea que esté detrás de él. Y justo cuando se iba a dar la vuelta para dar un rodillazo en la entrepierna, se detuvo.

Jadeó asustado cuando vio a Yuuri sostenerse el estómago con una mueca de dolor y el rostro rojo, sus mejillas se enrojecieron por la falta de aire o por el aire que le sacó...

Sí no me ve, me deja sin descendencia.

— Ja... ¿Vas a ayudarme o solo vas a verme llorar?

Wolfram salió de su estupor, y velozmente lo ayudo a caminar hasta la banca que está fuera del lugar.

Mi Esposo Según El Sistema [Yuuram]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora