19

90 9 0
                                    


Shibuya Yuuri daba vueltas por la habitación como un león enjaulado, no levantaba la cabeza, tampoco la mirada; todo se reducía a los murmullos y miradas vacías en algún punto del suelo.

Dios... ¿Qué hago ahora?

La puerta del baño se abrió y el vapor por el agua caliente se escurría entre sus piernas, sus ojos ya no ven el suelo y se fijaron en el rubio despeinado que se acercaba a él con una sonrisa confiada.
Y por el contrario al bonito joven que solo lleva una toalla blanca mullida alrededor de la cintura, el mayor no tiene la capacidad de ver más que su cara.

Los ojos de Wolfram lo reflejan como si en cualquier momento pudiera hablar y decir: ¿No ves porque tienes miedo, o tienes miedo de ver?

— ¿No vas a bañarte? Creo que aún puedes llegar a tiempo para el segundo período.

Los ojos de Shibuya Yuuri se abrieron como platos.

Sí, su preocupación desde el inicio fue la escuela.

¡La escuela demonios! Ahora toca clase en educación física, no ha contactado a murata para pedirle que le lleve la maleta que dejó en su casa un día antes, y lo peor es que el reloj pasa sin darme tiempo de nada más que ponerse nervioso.

Escuchó un suspiro. — Ve a bañarte, le diré al chófer que te lleve a la escuela.

Yuuri asintió y corrió hacia la bañera.

Wolfram negó con una mueca.

"Es muy torpe para ser mayor que yo. ¿Dónde esta la responsabilidad de la que tanto se enorgullecen los grandes?"

Comenzó a vestirse mientras tanto.

— ¿Estás seguro?

Shibuya Yuuri Harajuku Fuuri, veía preocupado al rubio que está delante de él.

— Si no quieres que te lleven, faltaras a clases y no quiero que me culpes por eso.

Shibuya negó con fuerza, tanto que algunos de sus huesos crujieron por el esfuerzo.

Se veía gracioso, mirando al rubio como si fuera lo más precioso (no es mentira), y con ganas de salir corriendo para llegar a la escuela lo más rápido que le permitan sus pies.

— Tch, solo métete y vete ya. — lo empujó — No quiero oír quejas de tu parte.

Caminó hacia delante y entró al otro auto.

Yuuri hizo una mueca.

— Sí, yo también te quiero. — puso los ojos en blanco y se subió.

Solo entró y se cruzó de brazos. ¡Ni siquiera le dió un beso! ¡Oh, cierto! ¡Tampoco un abrazo o un que te vaya bien! Wolfram Von Bielefeld ahora lo echó como un perro.

Miró por la ventana, viendo el paisaje a la vez que el auto que tenía delante se distanciaba de ellos.

Suspiró.

Al menos un adiós hubiera bastado.

El conductor no hacía ni un solo ruido, es como si no existiera un chófer en primer lugar.

*Notificación: Un mensaje nuevo de Wolf.*

Wolf: Ten un lindo día Yuuri, nos vemos más tarde.

Shibuya Yuuri sonrie como un tonto mientras responde con un simple "Okay" al rubio, quién ahora debería de estar entrando por la entrada de su instituto (ya que dicha instituto esta cerca de la residencia mazoku)

Mi Esposo Según El Sistema [Yuuram]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora