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Cinco minutos antes de la tragicomedia.

No ha dejado de sonreír, supongo que se divierte.

Shibuya Yuuri estaba pataleando la arena como niño berrinchudo. Sus labios estaban fruncidos en un puchero, su ceño también estaba fruncido. Y Murata Ken se veía cansado a un lado de su amigo, quizás el berrinche fue mucho para él (ya que fue él quien lo ha estado soportando por dos horas) y está a punto de decirle que vaya a buscar a su prometido y que arreglen ese pequeño malentendido.

¿Pequeño? ¿Malentendido? No malentendí nada, él me ignoró por ella y eso me quedo claro como el agua. Ve con tu amiga a otro lado que yo me voy con el mío a dónde sea.

Murata estaba rojo, como un camarón.

— ¿Podemos hacer algo? Algo que valga la pena, por mi pobre piel que se está dorando más de lo que debe.

Yuuri miró a su amigo, con el ceño fruncido.

¿Qué acaso no nota lo mal que está? ¡Su prometido lo ignoró como un perro por una chica! ¡Una CHICA!

Porque para empezar, nunca se le ocurrió que él...
Tuviera amigas así de lindas, pero ese no es el punto.
Lo que lo ofende es que dejó que ella lo llamará como "este" y eso no se lo va dejar fácilmente, no señor, tendrá que dejar de llamarse Shibuya Yuuri si deja pasar esa ofensa tan grande.

Y por su parte, murata está pensando en algo.

— ¿Y sí hacemos una danza para distraernos?

Yuuri dejó de fruncir el ceño y miró con curiosidad a su amigo.

— ¿Una danza? ¿De qué? — miró al cielo — ¿El hula hula?

Murata se rascó la parte posterior de la cabeza.

— Umm, estaba pensando alrededor de una fogata.

¿Eso no se hace en la noche?

Inclinó su cabeza hacia la derecha, pensando en ello.

No parece mala idea, así que solo asiente y buscan ramas para encender la fogata en plena tarde (son las tres) y cuando está hecha, Yuuri mira a su amigo que se queda meditando en lo siguiente que harán.

Miró a Yuuri.

— ¿Recuerdas el baile de una película extranjera en la que la mujer hace un baile con la abuela del chico que será su esposo?

— ...

Yuuri estaba procesando las palabras.

¿La de la propuesta o algo así?

Asintió vagamente, aunque no lo piensa mucho y el momento es perfecto, ya que está logrando no pensar en Wolfram.

— Bien, ponle ritmo. — murata chasqueo los dedos.

Ambos se estiraron y comenzaron a hacer un baile... raro, que era gracioso a la vista.

Sus manos se elevaban al cielo, luego hacia abajo y de un lado a otro. Al mismo tiempo que daban giros alrededor de la fogata.

— La ventana, la ventana...

— La pared, la pared...

Ambos dieron un giro alrededor de la fogata.

— Este baile me da sed... — ambos se detuvieron.

¿Qué hará Wolf ahora?

Se giró para voltear hacia su rubio, mirando como un tic en el ojo. ¿Sorpresa? ¿Molestia? ¿Desagrado? ¿Celos? No importaron ninguno de ellos cuando sus pies se movieron, su ceño se frunció en el acto y sus puños se tornaron blancos por la fuerza ejercida.

Mi Esposo Según El Sistema [Yuuram]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora