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Cuando la timidez finalmente se perdió, como sus besos en los labios del otro; ambos se unieron con intensidad. Sus cuerpos encajando a la perfección a la vez que sus respiraciones se sincronizan al igual que sus palpitaciones, qué, a parte de sus alientos chocando; sus pieles también lo hacían.
El momento en que ambos consuman el acto, dónde sus cuerpos se vuelven uno; dónde se separan y vuelven a unirse... Cómo si temieran separarse y no volver a experimentar esa placentera sensación de estar completo, de poder disfrutar de su cuerpo de la misma forma en que disfrutan un simple abrazo o una caricia.

Sus pieles chocan, una y otra vez, a veces con algo de fuerza y otras veces con lentitud. Ninguno de los dos pensaba en separarse, esa nueva sensación que los acaba de unir los dejó deseosos de más... Actuando como un par de niños emocionados al ver un nuevo juguete de Toy's Tory. Sus manos están juntas y sus dedos entrelazados, sus jadeos con el sonido de sus pieles chocando forman un sonido obsceno y sucio que los hace sentir espectaculares.

— Yuuri, Yuuri... Ah... Sí, oh... ¡Sí!

Se encuentra de espaldas, siendo sometido por el mayor, mordiendo la almohada prácticamente. Sus caderas son sujetas con fuerza mientras lo postran hacia delante; alzando su redondo y blanco trasero ahora un poco rojo por los azotes.

Yuuri jadeaba con una sonrisa y un sonrojó en sus mejillas.

— Esto... Es genial, jajaja... — se mordió el labio cuando un escalofrío lo recorrió y su miembro se tensó a tal punto qué, hasta parecía un mensaje que le decía: amo bonito, voy a correrme.

Cerró los ojos con fuerza, ahogando un gemido casi gutural.

Su primer orgasmo, pasó luego de quince minutos en acción.

— Ah... Ah... — Wolfram se dejó caer — Estoy agotado.

El mayor salió de él y se acurrucó con el rubio.

Abrazando cariñosamente su cintura mientras dejó un par de besos en el cuello y hombros del menor.

Wolfram sonrió tranquilo, sintiéndose somnoliento.

— Buenas noches, Yuuri...

— Buenas noches, Wolf... Te amo. — sonrió, dejando otro beso en el cuello del menor y ambos cayeron en los brazos de Morfeo.

¡Su noche de bodas finalmente se consumo!

Shibuya Yuuri se sentía fatal.

Siento que me chuparon la energía.

Y digamos que tiene razones para decirlo, apenas abriò los ojos fue atacado por su rubio esposo para continuar con lo de la noche de bodas. Eso lo tomó por sorpresa pero no se quejó ya que lo disfruto de cierta forma.

— ¿Y esa cara? ¿Te chuparon la energía? — murata le dio una sonrisa picara.

Y otra cosa también.

Quiso decir pero se mordio la lengua, a nadie más le debe de importar su ahora vida de casados.

Solo suspiró.

— Estoy agotado, murata... — puso una mano sobre el hombro del otro y le dio una sonrisa cansada — No te cases.

— ¡Ja, ja! Apenas te casaste ayer y ya estas cansado de él. ¿Tan salvaje es?

— ... Olvidalo, tu lo haras de todas formas.

Murata se encogio de hombros, sonriente.

— Me conoces, lo haré para saber que es lo que se siente, jaja.

— Solo te recomiendo ser el de arriba, Wolf hizo todo el trabajo por mí... Ugh, me duele la cintura...

— ¡¿Acaso tú....?!

Yuuri reaccionó por impulso y negó efusivamente.

— ¡No!

Murata estallo en risa.

— Lo sé, lo sé, solo bromeaba.

A Yuuri no le hizo gracia esa insinuación, su amigo suele disfrutar ver cómo las personas se avergüenzan solas.

De todas formas... Su luna de miel está por empezar y aún no sabe que hacer con el futuro de ambos.

¿Quizás deba comprarme una casa?

Aunque no sabe cómo es que Wolfram va a reaccionar, con eso de que es un principito caprichoso...

Soltó un suspiro, se preocupará después.

— ¡Henachoko!

Su rubio esposo lo zarandeó para que despertará de su ensoñación.

— ¿Qué pasa, Wolf?

El rubio se sonrojó cuando observo la sonrisa en el rostro de Yuuri.

— Uh... Ya nos vamos. — Yuuri asintió — ¿Estás bien? Te veo raro.

Yuuri se acercó a él y lo abrazó, besando sus labios.

— Estoy de maravilla, me emociona la idea de despertar a tu lado todos los días.

Wolfram Von Bielefeld está sonrojado.

— Lo sé, Henachoko. — sonrió.

La hora del viaje finalmente llegó, y el final de su estancia en Japón tendrá una pausa por unos instantes.

Agarrados de las manos subieron al avión, con una sonrisa en la cara.













Fin

Mi Esposo Según El Sistema [Yuuram]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora