01. They're back

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WAYDE

Para mi cumpleaños número dieciocho no me esperaba tener de obsequio: un fabuloso auto, no era reciente pero al menos ya no tenía que ir caminando o en autobús hasta la escuela. Miah soltó un gritillo desde el quemacocos, voltee hacia arriba y ella estaba con una enorme sonrisa en su rostro. Para ser primero de febrero el clima estaba muy bien. Me sentía feliz de estar otro mes más con ella.

Terminar el semestre pasado fue difícil, pues nos enteramos de que Eric Thompson se suicidó. Miah no podía creérselo, recuerdo que Maya se puso a llorar al igual que Alan, Alan fue quien más me impresionó y él me dijo que le afectó porque "Nunca quedaron bien" Le hicieron un pequeño homenaje en la escuela, en el cual Rossie Fitch nunca apareció.

Las fiestas decembrinas, Miah planeó en ir a casa de Scarlett a darle un regalo. Ella ha cambiado mucho, se cortó el cabello más arriba de los hombros y se ve cada día más agotada y delgada. Nunca olvidaré sus lloriqueos desgarradores el día del funeral de Eric, que tristemente la madre de Eric nunca apareció.

— ¡Wayde! —Ella bajó al asiento, con el cabello rubio alborotado— ¡Tengo hambre!

— ¿Quieres que vayamos por comida? —Ella asiente haciendo un puchero— Soy tu novio de dieciocho, tienes que aprovecharme.

Ella se ríe.

— En quince días yo tendré 18 —muerde el lóbulo de mi oreja, haciéndome soltar un gruñido—

—Miah estoy manejando...

Se ríe de seguro sonrojándose.

— ¡Oh por Dios esta canción es mi favorita! —subió el volumen de la radio, al parecer estaba su banda favorita— And you're a liar, at least all of your friends are And so am I... —comenzó a cantar la canción, moviéndose en el asiento, me parecía extraño que le hallara el ritmo a las canciones de su banda favorita pues a mí me parecían muy tranquilas— ¡Te amo! —besó mis labios fugazmente. Hoy Miah estaba muy feliz y yo también.

MAYA & MIAH

El día de hoy no me importaba nada, ni siquiera me sentía preocupada por la universidad, ni la graduación que se acercaba. Hoy sólo me sentía con ganas de que sólo Wayde y yo existiéramos. Nadie podía quitarme esta felicidad de encima.

Mi relación con Maya mejoró, aunque aún me cuesta soportarla, todo ha mejorado en un 80% por ciento. Mi mamá sigue con sus preferencias, pero con tener el apoyo de mi padre es suficiente. Wayde y yo entramos a la cabaña, la cual decoramos un poquito pues literalmente se ha convertido en nuestro hogar, cuando nos sentimos aburridos o cuando simplemente queremos tener un momento "hot" vamos ahí. La gata Mica sigue estando gorda, se ha encariñado conmigo o ¿yo me encariñe con ella? Siempre que llegamos a la cabaña ella, extrañamente está ahí esperándonos. Wayde dejó caer la caja de pizza a la manta del suelo, me tumbé en ella y él se puso encima de mí comenzando a besarme. Mica ronroneaba acercándose a nosotros, interrumpiendo nuestro momento.

—No sé si está celosa —gemí. Sin embargo no fue mi intención haberlo gemido, solté una risa incomoda. A pesar de todo me seguía dando pena gemir o estar desnuda frente a él. Y él lo sabía.

— ¿Quién está celosa? —tomó a Mica entre sus brazos— eres guapa, Mica, te amo a ti.

Me crucé de brazos haciéndome la ofendida.

— ¡Que sea Mica quien te haga feliz, tontillo! —Wayde se ríe y suelta a Mica.

—Dime, ¿por qué te amo tanto?

El club del suicidio IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora