20. Meet me there

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MAYA & MIAH (bueno, en este caso sólo Miah)

Me miré al espejo una vez más, lucía demasiado linda y no tan emo como me catalogarían. Observé el mensaje de Wayde y lo releí sintiendo los pelos de punta.

"Encuéntrame en el centro de la ciudad, sólo estaré ahí por hoy y me es tan importante verte"

Tenía los nervios a todo lo que da, me sentía algo asustada de lo que sea que iba a suceder. ¿Nos besaríamos? ¿Esto era una cita? ¿Volveríamos? Había tanto de qué hablar pero estaba segura de que no quería arruinarlo.

-Papá vuelvo en unas horas -acomodé las cosas en mi bolso, me encuentro con Maya y Alan en la sala de estar- ¿y papá?

-Él fue a comprar ciertas cosas para la casa, pero si sabe que ibas a salir -Maya se levanta, acercándose a mí y dándome un abrazo- Buena suerte.

-La necesitaré -le sonrío nerviosa. Sacudo mi mano y me despido de la parejita.

En el recorrido en el bus hasta el centro no dejaba de morderme las uñas, escuchaba música para poder relajarme pero todo me recordaba a Wayde. Bajé del bus, ya habían pasado como cuarenta minutos del recorrido, eran cerca de las cinco de la tarde y por ser sábado las calles estaban abarrotadas de gente.

Traté de entretenerme con mi teléfono, matando el tiempo hasta que alcé mi vista y lo vi de lejos. Pude reconocerlo por su vestimenta tan normal, jeans desgastados y una camisa de rayas. Su cabello rubio rizado alborotado y sus manos dentro de sus bolsillos. Al momento en el que se acerca a mí yo no puedo evitarlo y le doy un gran abrazo. Cerrando los ojos, agradeciendo que él esté aquí, después de lo que parecía una eternidad.

-Te extrañé -susurro. A lo que él simplemente sonríe.

Decidimos ir a comer a un lugar en donde yo nunca he estado, parece lujoso y hay gente por doquier. Comenzamos a comer en silencio, fue entonces cuando todo mi cuerpo sintió el nerviosismo. Silencio, lo que más odio si se trata de nosotros dos.

- ¿Cómo te ha ido en Nueva Jersey? -quiero esfumar ese silencio incómodo. Él voltea a verme con esos preciosos ojos oscuros.

- Me ha ido genial aunque no del todo -se encoge de hombros- Mi padre no pasa mucho tiempo conmigo y ¡no te la vas a creer! -su tono de voz pasa a ser de exaltación- ¡La madre de Eric es pareja de mi padre! ¡Eric y yo pudimos haber sido hermanastros!

- ¿Eric Thompson? -asiente con la comida en su boca- Que pequeño es el mundo.

- ¡Lo sé! ¿Qué loco no? Fue muy triste cuando me contó sobre el suicidio de Eric -Yo recuerdo lo sucedido con Rossie y decido contárselo.

-Rossie Fitch intentó suicidarse -diciéndole esto bebí del agua refrescante. Él frunció el ceño.

-Debes estar bromeando.

-No lo hago -me cruzo de brazos- Fuimos a visitarla al hospital y ahora está en una clínica de rehabilitación.

Él silba.

-Terminó realmente mal, creí que era su deber que fuéramos nosotros pero ya veo que no.

Asiento un poco incomoda. Esto es lo único interesante, lo único que hemos hablado.

- ¿Estás listo para entrar a Yale? -le pregunto sonriendo, terminando mi bebida después de unos cinco minutos de silencio.

Esperaba que él levantara su mirada y sonriera emocionado como yo. Pero no lo hizo.

-Sobre eso Miah... -voltea a verme- Mi papá piensa que la universidad de Washington es mejor. Y yo también lo creo.

Lo que me ha dicho me cae como un balde de agua fría. ¿No iría a Yale? ¿Eso significaría que no volveríamos? Contuve las ganas de lloriquear frente a él.

El club del suicidio IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora