MAYA & MIAH
Las manos un poco rasposas de Scott acariciaban y apretaban con fuerza mis muslos, sus labios se estrellaban con los míos de una manera muy sensual, su lengua jugueteaba en mi boca y yo lo aceptaba gustosa. Cerró la puerta de la habitación y con cuidado me recostó en la cama. Sus manos ahora acariciaban mi vientre tratando de deshacerse de mi blusa, lográndolo comenzó a devorar mis labios de vuelta. Nuestras respiraciones eran pesadas, la música sonaba aún. Los labios de Scott besaban mi cuello, succionaba mientras yo soltaba suspiros. Mis manos acariciaron su vientre plano e hice desaparecer su camisa. Él rápidamente se deshizo de sus jeans y se colocó entre mis piernas, besándome, dejándome sin aliento.
Pensé en Wayde y en que yo estaba traicionándolo. Sin embargo ya no éramos nada. Me entristeció pensar en ello, pero entonces las manos de Scott comenzaron a volverme loca. Logró deshacerse de mi falda, logró introducir sus dedos en mis bragas. Gemí en alto. Probablemente nadie nos escucharía. Sus dedos frotaban y aumentaba su velocidad, yo lo miré en la oscuridad, noté que se mordía el labio y podía sentir su erección rozándome. Podía sentir ese cosquilleo característico, cerré los ojos.
Siendo estúpida, me imaginé en el momento más inoportuno a Wayde. Lamí mis labios, soltando un "mmm" cerrando mis ojos.
Scott introdujo sus dedos dentro de mí, aumentando la velocidad, poniéndome los pelos de punta. Y sin embargo, yo seguía visualizando a Wayde en lugar de Scott.
— ¿Te gusta? —Susurró cerca de mis labios— Miah... mírame —me pide. No quiero abrir los ojos porque la imagen de Wayde desaparecía de mi mente— Mírame —pidió de vuelta. Arquee un poco mi espalda y llegué al orgasmo. Abrí los ojos tratando de tranquilizarme.
Escuché a Scott quejarse colocándose el condón. Me apoyé sobre mis codos y tragué saliva. ¿Verdaderamente iba a meterme con Scott? ¿Iba a dejar que me hiciera suya? La culpa comenzaba a apoderarse de mí. Scott volteó a verme y sonríe pícaro acercándose a mí.
—Por fin podré hacerte todo lo que quería...—se acerca peligrosamente a mí, me abre las piernas, me muerdo el labio y él sonríe— Oh Dios mío Miah no hagas eso —susurra.
Me tumba en la cama, y doy un respingo cuando siento que entra en mí. Por completo. Suelta un gemido tan jodidamente sexy. Paso mis manos por su ancha y musculosa espalda. Scott comienza a embestirme de una manera que me provoca temblar.
No puedo negar que me gusta, lo sé porque no he parado de gemir, porque hace que hasta los dedos de mis pies se engurruñen. Mi garganta está seca. Y mis ojos se cierran.
Me gusta este momento pero me siento tan mal al recordar a Wayde. Quiero que sea él quien esté encima de mí, haciéndome gemir. De la nada fue como si la música hubiera desaparecido y sólo escuchaba los gemidos de nosotros dos. Scott gruñía y mordía mi clavícula, probablemente dejando marca. Solté un último jadeo, mi espalda se arqueó un poco y los cosquilleos se apoderaron de mis piernas. Llegué por segunda vez. Scott abrió su boca en "o" disfrutando el momento, con los ojos cerrados. Lo vi disfrutar, hasta que por fin llegó.
Volví a imaginar a mi chico de rizos rubios. Scott cayó en mi pecho, acaricié la parte trasera de su nuca.
—Te quiero... Wayde —susurré lo suficientemente audible para mí.
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— Estoy tan feliz de volver a estar a tu lado —Alan dice acariciando mis mejillas, sólo somos él y yo, en el jardín, viendo a los chicos volviéndose locos dentro. Por primera vez nuestra reconciliación no terminó en sexo.
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El club del suicidio II
Teen Fiction"No me lo perdonaré jamás" Esta historia es completamente mía, queda prohibida su imitación y adaptación. © Segunda parte de El Club del Suicidio Para leer las partes de Maya y Miah, así como la de Scarlett es necesario leer esta temporada.