18. You're not for me

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SCOTT

Ha pasado tanto drama que incluso olvide que estábamos a poco de graduarnos, faltaba alrededor de un mes y medio. ¿Cómo es que el tiempo pasó tan rápido? ¿Es acaso por todos los problemas vividos? Estábamos en una fuerte semana de exámenes finales, la próxima semana comenzaban las entrevistas en las universidades, el envío de ensayos, etc.

De Rossie no he sabido mucho, sólo sé que no volverá a la escuela y que se mantendrá en la clínica de rehabilitación. De vez en cuando quisiera ir a visitarla, sin embargo no sé en qué clínica está. Vi a Miah pasar por el pasillo, apurada a su casillero. La sorprendí y ella dio un respingo.

—Hola bonita —ladeo mi cabeza viendo su rostro. Miah es tan linda, a pesar de que es idéntica a su hermana, creo que Miah tiene rasgos más finos y más lindos.

—Hola Scott —suelta un largo suspiro— Fue el examen más difícil que haya tenido.

— ¿Quieres salir? Puedo invitarte a dar un paseo —ella me ve, con la boca en una fina línea recta— Vamos, festejemos que queda poco para terminar.

Ella medio sonríe y cierra su casillero.

—Está bien.

Se preguntarán, ¿las cosas han sido incomodas desde que follamos? Bueno, lo han sido, pero no del todo. Ella actúa como si nada hubiese pasado, estoy segura que recuerda esa noche justo como yo. Los dos sabemos que fue jodidamente fenomenal, a excepción de ella diciendo "Te quiero Wayde" No le he dicho, no pienso hacerlo. Quiero creer que no se imaginó a Wayde mientras follábamos. Ella no ha hablado con él, tampoco lo ha mencionado mucho, por fortuna.

Llegamos a una plaza, en donde nos sentamos en una banca cerca de una fuente.

— ¿Cómo sigue Rossie? —ella pregunta jugueteando con sus dedos. Comienza a hacer un poco de bochorno, estamos dos meses de verano y el clima de la primavera era mil veces mejor. En Spring Break el clima era como verano, fue sensacional.

—Realmente sólo sé que ya entró a la clínica, no he podido visitarla porque no sé en dónde está.

Ella asiente.

—Miah ¿puedo hacerte una pregunta? —volteo a verla así como ella voltea a verme a mí, asiente— ¿Recuerdas esa noche? —sus preciosos ojos verdes se abren aún más grandes de lo que ya son.

— ¿Qué... noche? —titubea un poco y yo sonrío.

—Cuando tuvimos sexo —sus mejillas se ponen rojas a más no poder y yo río— Lo recuerdas ¿no es así? —asiente.

—Es incomodo hablar de esto, Scott —se ríe avergonzada.

—Miah, no te follé sólo porque sí —Vaya Scott, cuidado con tus palabras— Aún me gustas Miah. Como no tienes idea —ella toma aire— Y sé que tengo mala fama por ser todo un idiota con las chicas, pero sé que contigo no me atrevería a ser un idiota... incluso me arriesgaría a intentar algo contigo —coloco mi mano en su pierna. Ella da un respingo y me ve, puedo sentir su nerviosismo.

— ¿Qué tratas de decir Scott? —ella trata de quitar mi mano de su pierna.

—Miah, yo quisiera que tú fueras sólo mía —ella me escucha, atenta— Mi novia.

Cuando alguien me gusta, hago todo lo posible para convencerla de estar conmigo, comúnmente siempre lo lograba pero con Miah se me hacía algo difícil. Miah permanece en silencio, ya pasó tiempo desde que Wayde la dejó, así que espero que lo piense bien. De repente, se levanta de golpe de la banca, comienza a caminar frente a mí, de un lado a otro.

El club del suicidio IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora