ROSSIE
Mis ojos se abren poco a poco, siendo cegados por la brillante luz, siento la boca seca y me siento tan débil aún. ¿Estoy muerta? ¿Estoy en el "paraíso"? Veo con claridad y la frustración se apodera de mí, mi labio inferior comienza a temblar, me doy cuenta que estoy en la habitación de un maldito hospital. A mi lado está esa máquina extraña con ruiditos, frente a mí está una enfermera morena, muy guapa.
- ¡Ya despertaste! ¡Qué bueno! -dice con una sonrisa. Esta sale de la habitación y yo no puedo moverme, no puedo creer que sigo viva. ¿Qué rayos hice mal? ¿Acaso no corte con suficiente profundidad? Mis brazos tienen vendas y frente a mí hay una ventana abierta, puedo ver un pasillo y mis papás acercándose, con expresión de felicidad.
- ¡Oh Dios mío Rosalie! -mi madre exclama acercándose a mí y llenando mi rostro de besos- ¡Estás bien! ¡Estás viva! -me abraza y la escucho sollozar. Yo no quiero hablar, yo no me siento feliz. Otra vez fallé.
Mi padre me ve con una expresión entristecedora, con el puño en sus labios conteniendo el llanto.
- Pensé que no volvería a verte, Rosalie -mi papá se rompe y besa mi frente, acariciando mis mejillas.
- ¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué? -mi madre alza la voz, preguntándome con ¿Enojo? ¿Tristeza? No lo sé.
-Ma... -muy apenas puedo articular una palabra- Necesito agua.
Como si lo hubiese gritado por todo el hospital, la enfermera entra con un vaso de agua. No puedo acomodarme en la cama así que ella presiona un botón que hace que la cama se mueva. Bebo con tranquilidad.
-No quiero hablar de eso -dije en un hilo de voz, con la voz baja.
-Por favor, sólo deja que descanse un poco y no recuerde eso cariño -le dice mi padre. Yo veo hacia la nada, deseando estar muerta.
-Está bien, no preguntaré nada -mi mamá se levanta de la orilla de la cama y camina hacia la puerta- Tus amigos han venido a visitarte.
¿Amigos? ¿De qué mierda habla?
-Incluso... ahem -mi padre carraspea un poco- Hemos visto a Clarke.
Los veo frunciendo el ceño. ¿Clarke? ¿Amigos?
-Dejaré que pasen uno por uno, ya que es el horario de visitas y apenas llegaron de la escuela -mi madre dice- trata de no ser tan grosera, ¿sí?
No contesto y mis padres salen, veo a un chico muy reconocido, a quien quería para mí hace tiempo. Alan Baltimore. Entra a la habitación y al verme me sonríe un poco incómodo.
-Hola Rossie -toma una silla y se sienta a mi lado, yo no quiero hablar- Los rumores se esparcen muy rápido -quiere hacerme sonreír pero no puedo-
- ¿Por qué estás aquí? -trato de no hablar mucho ya que siento mi garganta rasposa.
-Porque no lo sé, creí que querrías ver a este idiota.
De repente todo se vuelve un poco más incómodo.
-No deberías suicidarte Rossie, la verdad es que al escuchar "Rossie Fitch intentó suicidarse" me asusté. Yo... pienso que eres fuerte.
-No me conoces realmente.
-Quiero pedirte perdón porque sé que en un pasado te traté muy mal.
Sonrío.
- ¿Quieres que yo me disculpe para que así no quede con ese remordimiento cuando muera? Okay Alan, lamento haberte dado los ánimos para que tú también intentaras suicidarte -Tuve algunas pausas al hablar, sentía que mi boca se secaba fácilmente. Tomé el vaso de agua que estaba a mi izquierda y bebí.
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El club del suicidio II
Teen Fiction"No me lo perdonaré jamás" Esta historia es completamente mía, queda prohibida su imitación y adaptación. © Segunda parte de El Club del Suicidio Para leer las partes de Maya y Miah, así como la de Scarlett es necesario leer esta temporada.