ALAN
La casa de Maya estaba repleta de personas de la escuela, olía a hierba en el primer piso. Para encontrar a mi rubia favorita sería extremadamente difícil. Tomé una bebida y fui poco a poco tomando sorbos, para no ponerme tan borracho en su fiesta de cumpleaños. Maya ya tenía 18. La sala de estar estaba oscura y todos usaban algo neón, pude jurar que la vi ahí, moviéndose cómo ella sabía hacerlo. Su cabello estaba un poco más largo, estaba usando un top color rosa neón y una falda blanca que de igual forma brillaba con la oscuridad. Me acerqué a ella por detrás, abrazando su cintura. Besé su cuello.
Ella se giró y soltó un chillido de la emoción. Enredó sus brazos alrededor de mi cuello, llevaba puesta una corona, me reí pues siempre ha parecido una princesa, pero hoy realmente luce como una. Pegó su frente a la mí, no necesitaba pararse de puntitas hoy, pues los tacones que llevaba la hacían llegar a mi altura.
—Feliz cumpleaños, preciosa —besé sus labios lentamente, siendo un poco estrujados por toda la gente que había en la sala de estar. Nos besamos lentamente, poco a poco subiendo la intensidad. Subió sus piernas a lado de mis caderas, la aferré muy bien de los muslos.
A la vez me sentí muy orgulloso de mi mismo por no haberla confundido con Miah.
—Vamos a otro lado, si no, terminaré follandote aquí mismo —mordí su lóbulo, ella gimió.
—No quiero tener sexo —soltó. Besé su cuello.
—No aparenta eso... —llegué a su clavícula y mordí. Ella chocó su pelvis contra la mía. Mordió mi labio— ¿Lo ves? Me deseas como yo a ti. —La miré, tenía pintura neón en su mejilla.
—Quiero disfrutar mi fiesta —ella inclinó un poco su cabeza, aun agarrándose de mi cuello, sus piernas enredadas en mi cadera— Te quiero —beso mi nariz. Y sola, se alejó. Lamí mis labios, un poco incómodo. Me había dejado con una erección.
Sin embargo, si ella no quería sexo yo la iba a respetar. Mejor iría por su regalo y arreglaría las cosas con ella. Hoy era su cumpleaños y ella sólo quería disfrutarlo.
MAYA & MIAH
Mojé mi rostro y me miré al espejo una vez más. ¿En serio acababa de rechazar tener sexo con Alan? Abrí la puerta del baño para encontrarme con Alan, con las manos detrás de su espalda. Puso delante de mí una cajita pequeña.
—No sabía qué darte de cumpleaños y no soy bueno tratando de sorprender —se rascó la nuca y yo lo vi con una sonrisa— Vas a decir que soy el peor novio del mundo, por este regalo tan estúpido.
Abrí la caja encontrándome con una foto enmarcada, parecía que él había pintado el marco, que decía "Maya & Alan" en todo lugar. Había una foto de nosotros dos, el día en el que él y yo huimos juntos de Connecticut. Me contuve las ganas de llorar, abracé la foto y lo miré.
— Ha sido pésimo ¿no es así?
Lo abracé fuertemente, besando todo su rostro. Atrapé sus labios con los míos y nos besamos, últimamente nuestros besos parecían los primeros, eran tan lindos e intensos. Con sus besos sabía que a pesar de que no me veía en su futuro, él me quería y mucho. Mientras los dos disfrutemos el presente, juntos y amándonos, todo estaría bien.
—Te amo ¿sí? Te amo y mucho —besé fugazmente sus labios— ¿Me ayudas a colocarlo en mi habitación? —lo tomé de la mano, lo último que mencione lo dije juguetonamente. Él captó la indirecta.
— ¿No ibas a disfrutar tu fiesta? —él me jaló para el lado donde estaban las escaleras, abrí la boca haciéndome la ofendida, él se burló de mí. Más bien, ahora Alan me había rechazado. Coloqué la foto en la mesita que está a lado del baño, espero que nadie la robe. Mejor iría a disfrutar mi fiesta.
ESTÁS LEYENDO
El club del suicidio II
Teen Fiction"No me lo perdonaré jamás" Esta historia es completamente mía, queda prohibida su imitación y adaptación. © Segunda parte de El Club del Suicidio Para leer las partes de Maya y Miah, así como la de Scarlett es necesario leer esta temporada.