WAYDE
En todo el camino de Connecticut a Nueva Jersey no pude dejar de pensar en Miah y en cómo será mi vida en Nueva Jersey. Mi padre quería entablar conversaciones, pero yo no quería, no estaba de humor. A todo lo que él decía, yo sólo asentía o decía que sí. Fueron alrededor de tres horas y media en auto cuando por fin llegue a mi nuevo hogar. Mi boca se abrió impresionado al notar que vivíamos en una residencia privada, así que la casa era enorme, no como una mansión pero era grande. El portón se abrió y el auto entró, el camión de mudanza que llevaría mis cosas ya había llegado desde hace tiempo, así que cuando entré a la casa estaban cajas mías y maletas.
—Hogar dulce y cómodo hogar —sonríe mi padre— ¿qué te parece?
Frente a mí, en las escaleras, una señora va bajando. Lleva pantalones cómodos y una blusa holgada.
—Bienvenido a casa Wayde
—Wayde, ella es Nina. Mi actual pareja —mi padre pasa sus manos por la cintura de Nina y la atrae hacia él.
—Eres muy guapo —sonríe Nina— puedes llamarme Nina. Estuve esperando todo este tiempo para poder conocerte, en cierto aspecto te pareces a Harry.
Yo no quería quedar calvo como mi padre. Así que sonreí falsamente.
—Sus estómagos deben estar rugiendo, pasen al comedor que tengo comida lista —Nina no deja de sonreír, siento que mi cabeza explotará si la vuelvo a ver sonreír de esa manera.
***
Al comer todo pasó rápido, muchas preguntas de parte de Nina y mi padre levantándose para atender llamadas. Yo bufaba cada vez que se levantaba. Me sentía fuera de este lugar. Decidí conocer más a Nina cuando papá tuvo que irse a atender a un empleado quejándose. Creo que mi padre era jefe en una empresa automotriz que apenas iba a salir a la luz, así que tenía que ir constantemente a reuniones para terminar con todo eso.
Nina terminó de lavar los trastes y llegó hacia mi habitación (que por cierto era muy espaciosa para alguien como yo que tenía tan pocas cosas en su habitación) observándome desde el umbral de la puerta.
—Yo vivía en Connecticut —suelta de la nada mientras me ve acomodando las pocas cosas de decoración que tengo— Amaba ir a caminar cuando hacía frío.
—Yo no quería salir de casa —es lo único que menciono— el frío a veces me calaba hasta los huesos y era la peor sensación.
—Y eso que no es muy frío —asiento sentándome en la cama. Ella camina hacia a mí y se sienta de igual forma a mi lado— ¿Sabes? Yo tenía un hijo que tendría tu misma edad.
La veo, Nina es guapa. Su cabello es un poco largo, de un castaño claro. Sus ojos son cafés, normales pero muy llamativos.
— ¿Ah sí?
Asiente y sus ojos toman un brillo.
—Él se suicidó... —dice con un hilo de voz. Yo recuerdo el caso de Eric y puedo comprenderlo. No imagino cómo sus padres se debieron de haber sentido al enterarse de esa noticia— Y sólo quiero decirte que espero no sientas que soy un reemplazo de tu madre, esta vez quiero hacer las cosas bien y poder amar y proteger a un hijo, aunque no seas de mi sangre.
Nina tenía una expresión triste.
—Perdí a dos hijos —me ve y yo sólo trago saliva— no quiero perderte a ti también.
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El club del suicidio II
Teen Fiction"No me lo perdonaré jamás" Esta historia es completamente mía, queda prohibida su imitación y adaptación. © Segunda parte de El Club del Suicidio Para leer las partes de Maya y Miah, así como la de Scarlett es necesario leer esta temporada.