Reecuentro y ¿un acidente?

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En la ciudad de Orario, donde descansaba la torre de Babel con la finalidad de parar el paso de los monstruos hacía la superficie.

Era el lugar de trabajo de los aventureros, aquello que se adentran en la mazmorra en busca de tesoros, diversión o simplemente por codicia de poder, pero muchos de los dioses patrones tenían el punto de vista en algo completamente distinto. Los que llevaban muchos años en Orario sabían que en la mazmorra se podría extraer hijos con un valor comparable a un diamante, pero otros, sabían que ya había un diamante, puro, pulido y albino en las afueras de Orario.

En las afueras de la imponente ciudad, aventureros de todas las categorías, ya fueran los más robustos o los más vulnerables, los novatos o los veteranos, convergían con un propósito común: hallar el prodigio que había sido el epicentro de las leyendas que rodeaban a las dos antiguas familias traidoras, aunque bien era cierto que no todos querían encontrarlo para beneficiar a sus dioses patrones, sino para vengarse de lo que alguna vez les arrebató esas familias traidoras, usando al prodigio como herramienta de venganza.

Este prodigio no era otro que un pequeño albino, ajeno al peligro que se cernía sobre él. Sin embargo, no solo los aventureros ansiaban encontrar al infante; también los soldados de Rakia se sumaban a la busqueda.

Gracias a informantes infiltrados en Orario, los soldados de Rakia habían descubierto la razón por la cual los aventureros habían desviado su atención de las mazmorras hacia el exterior. La verdad, revelada por los espías, indicaba que los aventureros no perseguían únicamente su propia satisfacción egoísta en las profundidades de la mazmorra. Esta información llegó a oídos de los altos mandos de Rakia, quienes, a su vez, informaron a su dios. Como resultado, las fuerzas de Rakia intensificaron sus ataques contra los pueblos circundantes a Orario, en un intento de encontrar antes que nadie el susodicho.

La consciencia del inmenso poder que encerraba el control sobre ese niño se esparció entre los que buscaban apoderarse de él, comprendiendo que su posesión añadiría un nuevo peso, alterando el equilibrio de poder en la delicada balanza. Los agentes de Evilus no permanecieron inactivos, pues desde las sombras frías y oscuras, orquestaban movimientos estratégicos con el objetivo de obtener y someter al niño, junto con los nuevos "juguetes" que lograban adquirir y crear.

En este juego de poderes, donde las conspiraciones se tejían tanto en la luz como en la oscuridad, cada facción estaba decidida a asegurar su dominio sobre el valioso recurso que representaba el pequeño prodigio. La ciudad de Orario se encontraba en el epicentro de una compleja red de intereses, y el destino del niño se convertía en la pieza clave que podría inclinar la balanza hacia la victoria o el caos.

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TIME SKIP DE 7 AÑOS.

En medio de la gélida noche, donde la humedad penetraba y congelaba cada superficie con su paso inexorable, una carroza se abría paso valientemente. En su interior, un anciano de porte distinguido dirigía con precaución, sus sentidos alerta ante los peligros que acechaban en la oscuridad. En estas tierras, las noches eran especialmente peligrosas, pues albergaban una proliferación de monstruos anómalos que no se encontraban en ningún otro lugar.

Dentro de la carroza, una joven de aproximadamente 19 años, con cabello celeste y envuelta en una túnica blanca, manipulaba con destreza la magia de fuego para calentar sus manos. A su lado, un hombre vestido como un viajero, con un sombrero marrón adornado con varias plumas, compartía el espacio. En un momento de pura felicidad y nerviosismo, el hombre se quitó el sombrero, revelando una sonrisa radiante.

"Estamos a punto de llegar, ¿no estás emocionada, Asfi? Estás a punto de conocer a un chico de pura bondad destinado a cambiar este mundo", expresó el hombre con entusiasmo. Asfi, acostumbrada a las excentricidades de su compañero, optó por hacer caso omiso. Sin embargo, sus pensamientos iban más allá de la curiosidad por el encuentro. Temía no solo las intrigas de las demás familias que los seguían, sino también que su compañero, conocido por su imprudencia, se encontrara con el Dios Zeus. Sabía que ambos eran propensos a comportarse de manera inapropiada, y esto la inquietaba profundamente.

Caballero Albino de CenizaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora