Dos gigantes gaseosos tienen tal vez no el mejor encuentro pero si uno que cambia la vida de ambos, en un ambiente lleno de tentaciones y riesgos que podía salir mal.
Advertencias:
✧Los protagonistas se van a tardar en conocer, los primeros capítu...
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Los abusos físicos y emocionales para Saturno aún no habían finalizado, solo por el momento se habían calmado, la ausencia de Júpiter hizo que Nair dejara de prestarle mucha atención a lo que Saturno hiciera, lo que le traía algo de paz a este.
Aún así el supervisor del gigante gaseoso esperaba a Saturno afuera de la habitacion cuando estaba con un cliente para vigilar y confirmar que el anillado solo decía y hacia ciertas cosas con la estrella.
Las palabras que Nair resonaban por las noches en la cabeza de Saturno, el saber que un solo error podía acabar con la vida de su hermano lo dejaba impotente.
Saturno caminaba lentamente por un camino algo disparejo bajo un sol mañanero y una brisa fresca, el ambiente era tan tranquilo y relajante lo que no combinaba con los pensamientos de aquel anillado.
El anillado entro al edificio en el cual, el ambiente era, jodidamente pesado, hacía frío apesar de que era un día soleado, ese lugar se sentía algo hostil, Saturno no había pisado ese lugar hace unos meses, los días de hermanos que pasaron lo alcanzó en el parque.
Siguió caminando hacia la oficina de la directora del orfanato, para ser precisos, quería sacarle algo de información de lo que era capaz de hacer su superior a su hermano.
Abrió la puerta y para su sorpresa, parecía que aquella mujer lo esperaba desde hace mucho -Ah por fin llegas, es de muy mala educación hacer esperar a tus mayores ¿Qué quieres?- pregunto de mala gana con una voz áspera y un aura que se sentía tan fría.
La oficina olía a café recién hecho y la mirada de aquella tirana mataba al anillado -¿De que es capaz Nair? ¿De que tiene poder?- preguntaba mientras tomaba haciendo frente al escritorio de la mujer.
-Mira niño, aquí la que habla primero soy yo- dijo fríamente mientras que su cara se ponía seria y fruncia levemente el ceño, pasaron unos segundos en silencio lo que hacía saber a la mujer que Saturno había captado el mensaje.
Ella al saber continuo -El dinero en el mundo lo es todo, no podemos sobrevivir con el pero si vivir de el, todo sube y los sueldos bajan pero ese hombre es inteligente como para tener dinero fácil de la lujuria y mente pequeña de las personas- paro para tomar aire -Nair tiene mucho dinero de aquí ¿Sabes por qué?-.
El anillado la miro en silencio mientras negaba con la cabeza -Preguntale a alguna de tu compañeras, algunas vivieron toda su vida aquí hasta que Nair me dió una humilde oferta que nadie aceptaría rechazar- la mujer decía eso sin remordimiento existente con una cara relajada siguió haciendo lo que sea que hacía antes de que el joven llegará.
Las manos del joven temblaban, sus piernas no respondían y su mandíbula se apretaba al solo pensar que Nair pudiera llevarse a Titan para hacer negocio.
Aquel niño que vivía en ese horrible lugar, era la luz en la vida de Saturno, era su todo era su razón de vivir, el saber que Titan estuvo tantos años en un lugar en el que su inocencia y valor como humano podía desaparecer en un segundo lo hacía sentir tan estúpido, tan ingenuo al creer en las mentiras de su superior.
