Manece

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Saturno estaba incrédulo por las palabras de Júpiter, ¿Por qué alguien querría meterse con el a niveles legales? La confusión lo invadía al tratar de comprender lo que Júpiter le quería decir -No lo entiendo Júpiter, por qué te diría eso y por qué...

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Saturno estaba incrédulo por las palabras de Júpiter, ¿Por qué alguien querría meterse con el a niveles legales? La confusión lo invadía al tratar de comprender lo que Júpiter le quería decir -No lo entiendo Júpiter, por qué te diría eso y por qué que metería a Calisto e Io?- preguntaba para poder entender mejor la situación.

-Es algo que tiene bastante tiempo, no sé si recuerdes que mencioné cuando no me querías ni ver, que no quería que ella involucrara a gente con la que no quería tener nada que ver, pues esa gente es básicamente... mis padres y mi ex algo demente- explicaba.

Hace mucho tiempo cuando los teléfonos tenían cables por todos lados había un Júpiter universitario, nisiquiera estaba finalizando, hace un par de meses que había entrado a su instituto y ya estaba estresado a más no poder.

Tuvo la desgracia de que todos sus maestros si bien eran buenos, eran muy exigentes, la exelencia era la regla de oro en su familia, ninguna falta era justificacion para cometer cualquier simple error.

La vida de Júpiter siempre había sido así, por lo que ya estaba acostumbrado y era algo normal para el, si bien le molestaba, el respeto por sus padres por querer lo mejor para el lo retenía.

Sentía que al tener todo lo que necesitaba debía de dar algo a cambio, así lo habían criado desde su nacimiento, y aún así le faltaban muchas cosas como el cariño de sus padres, si bien se lo demostraban, no lo sentia.

Un día fue la desgracia total, toda su vida se desmoronó, la noticia de sus progenitores fue que en nueve meses se convertirían en un hermano mayor, eso lo derrumbó internamente ya que fue la peor sorpresa o regalo que le pudieran dar, si antes era el encargado de la limpieza en su hogar, ahora sería la niñera de su futuro hermano.

Pero aún así solo los felicito y con una sonrisa algo forzada les pidió que si se podía retirar a su cuarto para poder estudiar, solo quería insultar a todo el mundo.

Los meses pasaron y cuando fue el momento del nacimiento su madre estuvo hasta madrugada en labor parto, salió una doble sorpresa para su padre y para el, fueron mellizos, nunca se habían informado ya que los adultos querían que fuera una sorpresa para toda la familia.

La mayor había sido una bebé con su cabello morado, había sido la que menos había llorado y la que menos molesto a las enfermeras a cargo, el menor fue un bebé rubio muy lloron, no dejo de soltar lágrimas aún dormido preocupando mucho al personal, nació en la madrugada del 8 de enero solo unos momentos después que su hermana la que nació a altas horas del 7 de enero.

Un odio crecía dentro de ese joven gigante gaseoso, un odio a aquellos pequeños seres diminutos que le quitaban sus ya pocas horas de sueño, de comer y sus minimos minutos de descanso ¿Y sus padres? Viviendo la vida que nunca tuvieron, desde su infancia nunca estuvieron realmente para el.

Ellos eran los verdaderamente padre presentes económicamente pero ausentes en todo lo demás, dejándolo solo por meses con dos bebés de pocos meses de vida con un universitario que apenas podía cuidarse el mismo.

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