Blood

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Atrás del escenario del cabaret, reinaba un ambiente contradictorio, una mezcla de tranquilidad y nerviosismo

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Atrás del escenario del cabaret, reinaba un ambiente contradictorio, una mezcla de tranquilidad y nerviosismo.

Los artistas se preparaban para sus presentaciones, algunos charlando y riendo, otros revisando su vestuario o practicando sus pasos.

Se podría decir que el ambiente ahí era muy tranquilo, relajado con unas pequeñas auras de nerviosismo por los nuevos, pero en general, era un ambiente muy amigable dónde todos eran amigos o al menos se llevaban bien, la mayoría.

En una esquina, apartado del bullicio, Saturno esperaba ansiosamente un mensaje, su corazón lo deseaba con ansias y no se despegaba de su celular por nada del mundo.

Hace un par de noches antes de que Saturno y Titan se fueran a sus respectivas hogares, el anillado y el de mayor estatura intercambiaron números, para que fuera más fácil el contacto con los niños y tuvieran más control de sus salidas o permisos.

Y desde ese día Saturno esperaba o tenía la esperanza de que Júpiter le mandara uno, ya sea por el motivo más estúpido pero que hiciera acto de presencia, bien el señorito le podía escribir a Júpiter, pero el anillado quería que el contrario diera el primer paso así que solo podía tener fé en que ese momento pasara.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la segunda llamada para subir al escenario, al volver a la realidad el anillado termino de arreglarse para salir a bailar con sus compañeros.

Al sonar la tercera y última llamada, junto a sus compañeros, Saturno salió al escenario, dejando atrás sus pertenencias en el camerino, la música comenzó a sonar y los bailarines se movieron al unísono, bajo unas luces tenues de varios colores, ejecutando una coreografía impecable.

Las luces tenues creaban un ambiente cálido y sensual, mientras que la música vibrante resonaba en las paredes. Los artistas, con sus coloridos vestuarios y llamativos maquillajes, se movían con energía y sensualidad.

Hicieron que los clientes estuvieran muy satisfechos con el show dado, que al terminar se oían infinidad de personas parándose para aplaudir, unos silbaban y otros exclamaba halagos un poco vulgares.

Todo iba tan normal para Saturno hasta que esté vio a su superior entre el público con su celular en mano, haciendo que su sonrisa sincera se fuera desvanecido poco a poco, empezando su cabeza a ser inundada de dudas mientras que todo se empezaba a hundir en una inmensa oscuridad.

Para aquel joven con anillos su felicidad del momento se empezó a transformar en miedo, angustia, las ideas de los posibles castigos que si superior le daría si lo volvía a hacer enojar lo aterraban y las ganas de llorar volvieron a florecer como una plaga no deseada.

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