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Soy Jisung

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Soy Jisung

Tenemos que repetir lo del sábado, me lo pasé muy bien.

Prometo no quedarme dormido esta vez.

El primer mensaje del profesor. Minho atesoró este gran paso y la sonrisa le salió sola. Le hacía ilusión pensar que a partir de ahora podrían enviarse mensajes a cualquier hora. Pero no debía abusar de su nuevo poder.

No se puede empezar una trilogía y no terminar de verla.

El viernes no tengo nada que hacer.

Di tú la hora.

Me gustaría verle mañana, pero creo que nuestros horarios no coinciden, estaré hasta las tantas en el gimnasio.

Por suerte el maestro aceptó su oferta y quedaron ese viernes. El profesor lo esperaba con ansias. Iba a verle fuera de las clases, por fin.

Aun quedaba media hora para empezar su jornada. Entró en una cafetería que le gustaba mucho a comprar un café para llevar e ir tomándoselo con calma mientras se dirigía al gimnasio. Recibió una llamada cuando estaba saliendo con su café en la mano.

―¡Minho, amigo!

―¿Qué pasa Hyunjin?

―¿Has visto ya los carteles?

―No he visto nada.

―Pues tienes que pasar por la calle X es donde está el más grande.

―Estoy justo en esa calle y no veo nad...

Levantó un poco la vista para ver una enorme imagen suya que ocupaba todo el lado de un edificio de unos ocho pisos. Era él, sin camiseta, con el aceite y poniendo una cara muy vergonzosa.

―¿Minho? ¿Sigues ahí?

Se empezaron a a oir murmullos, los había oido antes, pero ahora eran más y más fuertes. Pasaba demasiada gente por esa calle. De pronto, un grito agudo y sordo hizo que terminara de despegar el teléfono de su oreja.

―¡¡¡ES ÉL!!!

Minho se giró para ver como un enorme grupo de mujeres corría hacia él. Lo rodearon entre gritos y comenzaron a sacarle fotos y a tirar de su chaqueta.

Dame un autógrafo. ¿Tienes novia? ¿Puedo darte un abrazo? ¿Eres actor? ¿Me dejas darte un beso? Sácate una foto conmigo.

Tantas preguntas, tirones y gritos agobiaron al profesor, que solo buscaba la forma de librarse de todo eso, pero lo que al principio era un corrillo de pocas chicas, ahora era una marabunda de personas que se vieron atraídas por las primeras.

El profesor les suplicaba que lo dejasen pasar y trataba de taparse la cara con una mano. Era muy estresante y estaba pasando miedo, esa gente loca podía tirar de él hasta romperlo o empezar a quitarle la ropa.

Profesores #2 ; MinSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora