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Lo cogió de la mano y lo arrastró hasta la habitación

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Lo cogió de la mano y lo arrastró hasta la habitación. Se había guardado mucho y durante mucho tiempo. Ahora solo quería explotar junto a él sin asustarlo demasiado, porque quería hacerle cosas muy serias.

Una vez en el cuarto Minho se giró hacia él, que apoyó la espalda en la puerta mientras el profesor volvía a besarle. Si por él fuera se quedaría a vivir en esa boca para siempre. Pero la apartó con la mano para pasar a su cuello, su pecho, al igual que había hecho en el salón.

Empezó a agacharse hasta quedarse de rodillas ante el maestro y acarició su entrepierna por encima del pantalón. Jisung dejó escapar un pequeño gemido.

Apretó sus caderas y bajó el pantalón con cuidado, quitándose por los pies. Ahora lo tenía de pie y desnudo, justo enfrente. Era lo que quería ver, lo había soñado muchas veces, pero lo que no había imaginado es que pondría una cara tan irresistible como la que tenía en ese momento.

Le agarró con las manos ese perfecto culo que tenía y empezó a chuparle salvajemente. Era grande, pero le cabía casi todo en la boca. No era consciente de que iba muy rápido hasta que el maestro habló.

―Pa-para... N-no puedo... n-no aguanto más...

Pero eso lo excitó aun más, ahora no quería parar, no podía parar. Aumentó el ritmo, el maestro gimió más fuerte, quería apartarse, quitárselo, pero no se lo permitió. Terminó en su boca. Había mucho y el profesor lo aceptó con gusto.

Ahora si le dejó salir, pero solo para terminar de limpiarle. Pasó su lengua de la base a la punta y viceversa, hasta no dejar ni una gota. También olía dulce ahí abajo, pero era un olor más fuerte.

Se puso en pie para volver a besar al maestro, echaba de menos su boca. Y el maestro lo llevó hasta el borde de su cama, donde lo empujó obligándolo a sentarse. Quería devolverle el favor.

Se arrodilló cómo él lo había hecho antes, le quitó los pantalones y le abrió las piernas. Se quedó mirándolo un instante para después pasar su lengua tímidamente por la punta. Tuvo que mirar al techo para distraerse y no acabar demasiado rápido. Había sido una vista demasiado tierna, le había puesto muy cachondo.

Por si fuera poco el maestro continuó. Lo estaba lamiendo suavemente y eso lo volvía loco. De su boca se escapaban gemidos cada vez más fuertes. Que se lo hiciera de esa forma solo lo provocaba más.

Se metió la punta en la boca y luego fue metiendo más. Minho se dejó caer en la cama tapándose la cara. No aguantaría mucho más, lo hacía tan despacio que le provocaba, era una sensación increíble.

―J-Jisung... Voy a...

En cuanto habló Jisung apretó más su boca. Ya era imposible aguantarse un minuto más. Lo dejó salir todo y el maestro también se lo tragó.

Quería más. Así que en cuanto Jisung se puso de pie lo agarró y tiró de él para ponerlo encima. Le agarró el cuello y lo atrajo hacia si para besarlo de nuevo. Su boca estaba más sensible ahora y más caliente.

Profesores #2 ; MinSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora