Capítulo #19

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Un pajarito, no es un pajarito
Dos pajaritos, no son pajaritos
Tres pajaritos, no son pajaritos
Diez pajaritos, son un montón
_Mira abuelo, la canción que compuse.
Bertha se paró frente al anciano con un tambor amarrado a la cintura y la corneta al cuello, detrás de cada pajarito vociferado, sonaba un cornetaso y le daba con dos palos a lo poco que quedaba de superficie en el tambor.
El señor Radamés la tomó de la mano y fue directamente a casa de su viejo amigo para que por segunda vez intercediera por él ante su esposa y aceptara a su nieta como alumna. Marcia era maestra de música desde muy temprana edad, todo el talento del pueblo se había iniciado en sus manos, y según ella, la pequeña sería muy buena actriz, porque era muy expresiva y convincente al hablar; escritora, porque creaba una historia en segundos, pero músico, definitivamente no sería; por otra parte los días que estuvo asistiendo a clases no paraba de reírse de cuanta cosa se le ocurría y lograba desconcentrar a los otros practicantes. Finalmente accedió a incorporarla nuevamente a las clases con la condición que sólo sería de oyente con vista a educar poco a poco su oído, por lo tanto no cobraría dinero por ello, en verdad tener a Bertica en casa era una bendición, más de una vez ella misma tuvo que reír a carcajadas de las cosas que decía y hacía la niña.
Las clases eran dos veces por semanas, en el horario de 5 a 6 de la tarde, cada grupo estaba conformado por 4 niños que era el número de pianos que tenía la profesora. Bertha podría venir los días que quisiera, su presencia como oyente no afectaba la capacidad de instrumentos para los alumnos, ella iba con la maestra de lugar a lugar y escuchaba las indicaciones que ésta daba a los futuros músicos, tomaba notas en una libreta, de vez en cuando la señora Marcia le preguntaba con mucha seriedad al terminar una exposición musical si escuchaba la diferencia entre la destreza de un alumno más avanzado a un principiante, la chiquita imitaba los ademanes de la maestra, tomaba el mismo aire de seriedad y respondía: No.  Entonces ella sonreía y anunciaba un receso.

  ELLAS A TRAVÉS DE MÍ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora