Ok estaba asustada porque tenía a un maldito loco enfrente de mí, y a un asesino demasiado tenso a mi lado. No iba a salir nada bueno de esto, Malcom golpeó la pared donde me encontraba rompiéndola, metió su mano y agarró mi brazo jalandome fuera de mi escondite, temí por mi vida cuando me pegó a su pecho y puso una navaja en mi cuello.
Instintivamente miré hacia donde se supone estaba Brahms, pero había desaparecido. Malcom empezó a dar vueltas en la habitación conmigo aún amenazándome.
- ¡Sal de tu escondite maldito raro!.- su grito me tomó por sorpresa haciéndome sobresaltar y rasguñando me un poco con la navaja.
-¡Mataré a Jodie si no apareces!.- el tono de su voz era frío y aterrador. Después de su grito las paredes empezaron a hacer ruidos raros, como si hubiera alguien arrastrando algo dentro de ellas, y por instinto grite.
-¡No Brahms! .- mi garganta dolió, pero al menos los ruidos cesaron. Nuestras respiraciones era lo único que se escuchaba en toda la habitación.
Unos pasos resonaron detrás de nosotros, todo sucedió demasiado rápido. Solo sentí que Malcom fue arrancado abruptamente de mi espalda y gracias a la fuerza del movimiento caí de bruces en el suelo golpeándome la cabeza fuertemente.
Todo daba vueltas a mi alrededor, podía escuchar sonidos de forcejeo a mi alrededor, quería levantarme pero mi cuerpo no respondía, cuando me estaba dando por vencida, sentí que alguien me levantaba, era Brahms. Me puso en su hombro, levanté mi cabeza y pude ver a Malcom tirado en el suelo con sangre en la cabeza, me asusté y alivié en partes iguales.
Brahms me dejó en mi cama, me pasó el vaso con agua que tenía en mi mesita de noche, le agradecí y bebí, me dolía mucho la cabeza aún, pero al menos ya me podía mover. Deje el vaso donde estaba y me giré a mirar a Brahms, rápidamente noté que estaba sangrando, tenía la navaja de Malcom clavada en un costado, entre en pánico cuando Brahms se desmayó en mi cama. Dios, no sabía cómo tratar ese tipo de heridas, pero se quién sí, así que llame a su teléfono.
- Aló.- su voz se escuchó como una banda de ángeles cantores.-¿Hola?
- Samantha, necesito que vengas a casa lo más rápido que puedas.- mi voz salió ahogada y temblorosa.
-¿Qué sucedió?¿Estás bien?.- sonó asustada.- Ya voy, tranquila ¿Si?
- Por favor, solo apresúrate.- mi súplica solo la preocupó más, pero dijo que estaría aquí rápido, así que me dispuse a acomodar a Brahms bien en mi cama y baje a buscar todos los suplementos médicos que tuviéramos en casa.
Mi cerebro se despertó completamente cuando ví hacia donde se supone debería estar Malcom y no lo encontré, me tensé completamente cuando escuché a alguien venir hacia mí, me gire rápido con la intención de golpear a quien sea que fuera el dueño de las pisadas, y me encontré a Sam. Su cara mostraba pura y real preocupación al verme y al ver el entorno en el que me encontraba.
-¿Que rayos?¿Qué sucedió?.- estaba confundida y preocupada, no la culpo, yo estaría en el mismo estado si estuviera en su lugar.
- Te lo explicaré, te lo juro, pero necesito que hagas algo más importante justo ahora.- mi voz salió en súplica.- por favor Sammy.
Ella asintió y me siguió escaleras arriba, antes de abrir la puerta de mi habitación reaccioné. Mi hermana no tenía conocimiento aún sobre Brahms ella creía que realmente estaba muerto. Entré en una encrucijada, si Sam se enteraba que él estaba vivo estaba casi segura que llamaría a la policía, pero no podía dejar que Brahms muriera, así que me gire en seco y la mire con amenaza, su rostro se contrajo en confusión absoluta.
ESTÁS LEYENDO
«TEACH ME»| Brahms Hellshire.
Novela Juvenil-¡Llamaré a la policía si no me dices quien eres y que carajo quieres!.- lo amenacé. -No..- respondió casi en un susurro por fin. -¿Porque no, acaso hiciste algo malo?.- le pregunté por su respuesta negativa ante la mención de la policía. -No, no lo...