«TEACH ME»| Brahms Hellshire.

CAPÍTULO 20

Este capítulo va dedicado a tí, que le diste ánimos a mi inseguridad de si soy o no buena escritora, y a todxs lxs demas lectorxs que le han dado mucho amor y cariño a la misma. Los quiero con toda mi patata💗

cortinamasilla

¡Oh la mierda!.

Esa fue la frase que más fuerte sonó en mi cabeza tras el desastre que se había formado.

Ella estaba muerta, el recuerdo más cercano a mi madre y la mujer que hacía difíciles mis días estaba muerta,Y no fue lo más escalofriante de la noche, lo más escalofriante fue quien la mató.

Mire a Brahms con los ojos abiertos de par en par, me estaba observando de la misma forma, ambos teníamos la respiración entrecortada, habíamos corrido desde la mansión hasta el claro en donde nos encontrábamos, justo en frente teníamos la escena más desagradable que pude presenciar alguna vez, sentí las ganas de vomitar aún más fuerte al ver la cabeza de Gisselle empalada en aquella lanza improvisada y a su lado, una Vanessa totalmente en shock sosteniendola con manos temblorosas y una sonrisa que helaba la sangre.

Mierda

Ese mismo día, horas antes….

— Todo está quedando perfecto.— la sonrisa de triunfo en su rostro impoluto me daba mareo y fastidio.

Gisselle se encontraba dando vueltas en el gran salón de la casa terminando los detalles para la dichosa fiesta que se llevaría a cabo en unas horas.

Por mi parte estaba sentada en el salón de juegos con la laptop en las piernas, mientras Sam, Vanessa y Rose disfrutaban de un entretenido juego de billar. Se que faltaba alguien, Brahms, quién su presencia no quiso regalarnos este día porque no quería que las personas encargadas de la decoración lo vieran. Era totalmente entendible, aún era un secreto, al menos para las personas que vivían en el exterior de la casa.

Me estiré en mi lugar, levantándome y llevando conmigo la laptop para ir a la tercera planta, me despedí de las mujeres allí presentes y salí con rapidez.

Subí directo con dirección más específicamente a una pequeña oficina que desde hace días había marcado como mía, no era el espacio más grande de la casa pero a mi gusto era más que perfecta. Entré cerrando con pestillo la puerta y me senté detrás del escritorio abriendo de nuevo la computadora.

Estaba muy concentrada en la pantalla que no había notado a la persona detrás de ella, pegue un salto soltando un grito, que gracias al cielo, nadie escuchó en la parte inferior de la casa.

— Creí que los sustos ya habían quedado en el pasado para nosotros.— solté llevándome la mano al pecho.

— Lo siento no te quise interrumpir, te veías hermosa con el ceño fruncido.

Sonreí invitándolo a sentarse en el sillón del fondo.

— ¿Qué te trae por aquí?

Levantó la cara mirando el entorno, aún llevaba su máscara, a pesar que ya todos le habíamos visto el rostro.

— Quería verte.— levanté la ceja, a pesar de todo él me estaba observando en el salón de juegos a través de la pared, es un tonto si cree que no lo note.— en vivo y de frente.