CAPÍTULO 6

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Rose nos observó desde el marco de la puerta con una ceja arqueada, entendía el porqué Brahms y yo estábamos demasiado cerca. Entré en pánico, en mi mente solo se escuchaban alarmas, no quería que nadie viera a Brahms, aún no. Mi instinto casi me obliga a ponerme delante de él para protegerlo, pero mi cerebro me dió una bofetada y ahí me di cuenta de que Brahms estaba tranquilo con su presencia, no entendía muy bien porque hasta que Rose rompió el silencio.

- Hola cariño, ¿Cómo has estado?.- era bastante obvio que la pregunta no era dirigida a mí, y mi cara se volvió el mismo signo de interrogación.

- He estado bien, hace tiempo no te veía.- mi mandíbula casi toca en suelo, cuando oí la respuesta de él hombre aún pegado a mí.

- Jodie corazón, cierra la boca o se te meterán moscas.- su tono fue gracioso y Brahms soltó una risita, pero a mí no me daba gracia, no entendía nada.

Brahms se separó finalmente de mí y fue a abrazar a Rose, mi ceño no se podía fruncir más, que alguien me explique qué está pasando aquí por favor.

-¿Qué carajos?- fue lo único que logré decir, Rose me miró mal.

- No digas malas palabras jodie.-me reprochó.

- Me pueden explicar que sucede aquí, no entiendo, se supone que no sabías si Brahms existía o no.- mi pregunta la hizo reír, y eso me enfureció y confundió más.

- Cariño tu nunca me preguntaste si lo conocía, solo me preguntaste si sabía algo de él.- quedé muda, era cierto.- Cuando la noticia de que Brahms había asesinado a alguien justo aquí por Greta salió a la luz, quise averiguar si era cierto o no, esperé pacientemente a que la casa quedará completamente olvidada de nuevo y vine a traer comida.- mi mirada se dirigió a Brahms, él estaba pacíficamente comiendo lo que le había dejado en el congelador, cabe destacar que cada vez que se metía un pedazo de comida a la boca lo hacía con cuidado de no revelar su rostro. Ni siquiera me di cuenta en qué momento lo sacó de allí, sintió mi mirada y se giró a verme, él solo asintió.- cuando regresé a ver si la comía seguía ahí me llevé la sorpresa de que no había nada y entonces lo supe, si era cierto.

Hay dos cosas que no entendía aún, si Brahms se dejó abrazar por ella significa que ella ya lo había hecho, o al menos lo intentó, pero si ese hubiera sido el caso ella hubiera curado a Brahms desde ese mismo momento. Imágenes de Brahms enfermo por la infección de la herida llegan a mi mente, y la pregunta sale casi por sí sola.

-¿Si lo viste antes porque no lo curaste?.- los mire a ambos, Brahms dejó de masticar un momento, y Rose lo miró con molestia.

- Porque este cavernícola nunca dejó que lo hiciera, por supuesto, como no soy joven ni bella no le apetecía que le mirara la herida. - Una carcajada ruidosa salió de mi garganta.

-¿Es enserio Brahms?, pudiste haber muerto.- lo miré incrédula, él sólo se encogió de hombros.

-Pero no lo hice, ¿No?- negué levemente con la cabeza mientras le sonreía, rose se aclaró la garganta.

- Bien, solo venía por un vaso de agua, fue agradable volver a verte Brahms.- el mencionado solo asintió en respuesta, ella se acercó al fregadero y llenó el vaso y volvió a despedirse retirándose a dormir.

Mire a Brahms, este solamente se dispuso a lavar el plato en el que estuvo comiendo hace minutos, la verdad es muy atractivo, su cabello negro desordenado cayendole encima de la máscara, sus fuertes brazos, sus piernas gruesas, me gustaba como los pantalones se le ajustaban muy bien, su piel blanca llena de vellos, lo único que odiaba era esa máscara de verdad me gustaría ver su rostro. Quisiera quitarle esa maldita máscara y ver qué esconde, sintió que lo miraba y se giró para encararme. Su altura y su presencia siempre me ponían nerviosa, se acercó lentamente como quien tiene miedo de que su presa salga corriendo. Se acercó a tal punto de volver a la posición en la que Rose nos sorprendió al principio.

«TEACH ME»| Brahms Hellshire.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora