¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jadeo, aunque eso solo ocasionó que él sonriera y jalara con más fuerza su pezón; una voz en su cabeza le decía que aquello estaba mal, que en lo que se estaba convirtiendo era en una infiel de mierda.
Pero cada vez que lograba entrar en razón, esa voz volvía a jugar con su mente y está se nublaba por completo.
El aumento de fuerza en las penetraciones hizo que ocultara su rostro repleto de sudor en el cuello del chico, de ese chico.
Aquel con que llevaba más de un mes engañando a su novio, aquel que cada noche la tenía en su cama gimiendo su nombre.
Aquel que tenía miles de rasguños por la espalda, y aquel que se había atrevido a dejar un chupetón en su muslo interno.
—Vamos linda, solo un poco más...
No podía, no iba a aguantar mucho más, cada embestida la hacía ver estrellas, no podía recuperarse de una cuando la otra llegaba; hecho la cabeza hacia atrás, sacando su lengua en señal de placer, aunque ésto le dejó espacio al chico para que dejara lujuriosos besos en su cuello.
Saltó con rapidez, tratando de llegar al tan esperado clímax, lo sentía cerca, tan cerca.
—...¿Qué diría tu estúpido novio de ésto? ¿Qué diría si viera a su dulce novia siendo follada por alguien que no es el?
Escucho las preguntas, las escucho de manera clara, pero no le importó en lo absoluto, no le importaba en ese momento lo que estaba haciendo o pensando su novio; solo le interesaba el placer que le estaba haciendo sentir Mattheo Riddle.
El estúpido pero atractivo Mattheo Riddle, el dueño de muchas fantasías que actualmente ya había cumplido.
El estúpido mujeriego, Mattheo Riddle, se la había estado follando por más de un mes, y ella no se arrepentía de nada, que el hiciera con su cuerpo lo que le diera la gana, mientras le diera satisfacción.
El cambio de posición hizo que saliera de sus pensamientos, antes estaba sentada en las piernas de Mattheo, quien estaba en el borde de su cama; ahora tenía la cara pegada al colchón con el culo al aire, mientras Mattheo volvía a "enterrar" su miembro en su ya sensible entrada.
Apretó entre sus puños la suave sábana, mientras los gemidos ahora salían con más fuerza, cada cierto tiempo no podía evitar poner los ojos en blanco.
Su cabello que antes estaba molestando su rostro fue recogido en una coleta, con la cual fue jalada hasta que su espalda tocó el pecho del chico.
Sus agitadas respiraciones se complementaron, sonando como una sola, la mano en su cabello paso a su pecho, mientras que la que estaba en su cadera se apretó aún más fuerte sacándole un jadeó.
Sus bocas se juntaron, la mordida en su labio la hizo jadear nuevamente, y la lengua entrando en su boca la hizo gemir. Se separaron, y ella volvió a caer en la cama, solamente que esta vez el pecho de Mattheo se pegó a su espalda, se sentía tan bien, tan juntos, incluso el asqueroso sudor del pecho de Mattheo juntandose con el sudor de su espalda le parecía exitante.
La mano en su vagina hizo que soltará un pequeño gritó de sorpresa, que fue cambiado con rapidez por lujuriosos gemidos.
Volteó los ojos cuando su esperado clímax llegó, sin poder evitarlo se desmayo; Mattheo llegó a su clímax unos segundos después, sonrió, tapó a la chica con la primera sábana medio limpia que encontró y se fue, cuando salió, en la puerta estaba aquel idiota que orgullosamente se proclamaba novio de su chica.
Le sonrió con burla, parece que el secreto que tanto la chica se había esmerado en ocultar sería revelado.
-Te doy un consejo amigo, jamás, y escúchame bien, jamás dejes que yo me acerque a tu novia si ves que no tengo una relación.
El chico lo miró confundido. Mattheo sonrió por su estupidez, ¿Por qué las chicas lindas se conseguían a puro estúpido?
-Mirá, en menos de un mes voy a ser novio de esa chica a la que tú llamas "mi futura esposa", acuérdate de mí.
Sin mas se fue, sabiendo que una vez que el chico entrará a la habitación, lo primero que se encontraría sería a su sexy novia dormida, desnuda y tapada únicamente con una sábana.
Si no era tan estúpido sabría suponer la escena, esperaba que los condones repletos de semen ayudarán un poco más a su pequeño cerebro.
—Ah, amo romper parejas; definitivamente esa linda española será mía, ¡no puedo esperar mucho más para decir que finalmente me corresponde!
Sonrió levemente mirando las estrellas que podía apreciar atraves de la pequeña ventana que había en medio del pasillo.
—Encontré a la persona que me hace feliz, aunque creo que no de la manera que tú querías...mamá.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
