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Liam tuvo que suponerlo, cuidar a dos adultos, uno traumado por su estancia en Azkaban y otro con una autoestima por el suelo, a parte de un adolescente al que los problemas no paran de perseguir, no iba a ser fácil en ningun aspecto.
Aún así, no se imaginó que iba a ser tan... caótico; el problema principal era la personalidad de Sirius, siempre estaba causando problemas y estaba constantemente a trayendo caos, a dónde fuera que fuera Liam, si Sirius iba con el, una mínima cosa tenía que suceder.
Remus no era exactamente un problema, el problema era cuando estaba cerca la luna llena, la personalidad de Remus, tan calmada y razonable cambiaba a una furiosa y egoísta, más de una vez Liam recibió insultos por parte de Remus, quien una vez terminaba la luna llena se disculpaba inmediatamente con el, con lágrimas en los ojos y repitiendo una, y otra vez que "merecía morir", estás palabras generaban una molestia indescriptible en Liam.
No era realmente agradable recibir insultos por parte de tu pareja pero Liam sabía que no era culpa de Remus, así que una vez terminaba de regañarlo por andar diciendo estupideces, aceptaba las disculpas con una sonrisa amable y una fuerte abrazo.
Y Harry, no se diga de don problemas. Harry no buscaba problemas, no era como Sirius, pero los problemas si lo buscaban a él.
Por ejemplo, el mismo día después de que terminaran las clases, Liam tuvo que ir al callejón Diagon, había pensado dejar a los tres en su casa, pero un adulto con compartimientos de niño, un hombre lobo que no estába de los mejores humores y un adolescente que siempre se estaba metiendo en problemas, no era lo que uno llamaría "responsables".
Por esa razón se los llevo con él, dejo a Sirius y a Harry en una tienda de Quidditch, a Remus en una librería y se fue directamente a Gringotts. Decir que lo primero que se quería encontrar al salir de Gringotts era a Remus con la cara roja por el enojo, a Sirius rascándose la cabeza y a Harry con la cabeza agachada, no era lo que Liam quería.
Sirius lo vio y comenzó a mover su pie de arriba a abajo, clara señal de nerviosismo. Harry no subió la mirada cuando lo llamó, señal de pena y Remus, apenas lo llamó le contó lo sucedido.
Decir que estaba apenado era poco, quería morirse de la vergüenza.
Resulta que Remus había conseguido una maravillosos libros en rebajas, los cuales, obviamente había comprado; salió del establecimiento con un humor bastante bueno, que era decir mucho.
Cuando salió, lo primero que vio fue a Sirius y a Harry, siendo regañados por una señora bastante mayor, esto lo desconcertó, se acercó y pregunto que pasaba; lo que había pasado era que después de pasar por la tienda de Quidditch, se metieron a un café, se comieron unos postres y cuando se disponían a pagar, Sirius, entre tantas bromas rompió un plato.
Eso no le pareció tan malo a Remus, el cual pensó que ese era todo el problema, pero resulta que no; Sirius se disculpó después de haber roto el plato por error, pero cuando se disponía a levantar los pedazos rotos de cerámica la "dulce" señora, amablemente le dijo que no se preocupara, Sirius siguió insistiendo, generando una reacción en cadena, dónde la señora insistía y Sirius insistía. Al final, como ninguno quería ceder se pusieron a...Pelear.