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Rowam James Brown, un sangre pura perteneciente a la casa Ravenclaw. Amigo secreto del trío dorado y prometido de Blaise Zabini.
La gente lo describía como alguien serio, de tez blanca mas no pálida, ojos marrones oscuro y cabello negro; siempre portaba tres anillos en cada mano, cuatro de ellos que no tenían importancia alguna y dos que eran sumamente importantes en la vida del jóven.
El anillo de compromiso que le había dado Blaise; el cual siempre llevaba en el dedo anular izquierdo y el anillo de su casa ancestral, el cual llevaba en el dedo anular derecho.
Su relación con Blaise era buena, se conocían desde niños y sus padres eran amigos de toda la vida, la señora Zabini, una mujer imponente pero amable, amaba con su corazón a Rowam, lo amaba tanto como si fuera su propio hijo.
Rowam era alguien compresible, siempre entendía los problemas de Blaise y trataba de ayudarlo en lo más posible; su relación amorosa con Blaise también era buena, regalos por aquí, muestra de amor por acá, citas todos los fin de semana en Hogsmeade; todo iba de maravilla, hasta que Blaise descubrió que Rowam era amigo del trío dorado (o trío problemático como le decía el Zabini).
La pelea se armó en pleno pasillo, donde Rowan había estado hablando con Harry, Ron y Hermione, era un lugar poco concurrido, por lo tanto nadie sabia de esas pequeñas reuniones. Cuando el trío dorado se fue apreció Blaise, su rostro mostraba molestia pura, se notaba tensó y hasta cierto punto parecía tener un conflicto internó.
La pelea comenzó con acusaciones, muchas acusaciones, tantas que eran cinco por segundo. Rowam trató varias veces de explicarse, pero para Blaise no había explicación, estaba enojado, eso era obvio pero eso no le daba derecho a tratar a Rowam de ese manera y Rowam lo sabía.
-¡A mí no me vas a estar gritando Blaise Zabini!
Rowam estaba enojado, muy enojado, más que Blaise; el no tenía que contarle todo al Zabini, menos sabiando que actuaría de esa forma. El depositaba toda su confianza en Blaise, soportaba cualquier cosa que le dijera y siempre le respondía con cariño cuando no estaba de acuerdo con algo.
Pero no iba a permitir que lo tratarán de una manera tan insolente, menos por ser amigo de alguien.
-¡Puedo entender que estés enojado, pero no por eso vas a gritarme! ¡Siempre que dices algo con lo que no estoy de acuerdo te lo hago saber de una manera tranquila, así que no hay razón para que me estés reclamando algo de esa manera!
Rowam estaba hechando humo por las orejas, su mano picaba dando a entender que quería golpear algo pero el no iba a golpear a Blaise, eso ni si quiera se le pasaría por la cabeza. Así que dejando a Blaise atónito se fue.
Blaise se quedó parado por unos segundos, pero no tardó en seguir a Rowam, este lo ignoraba y cada que se paraba enfrente suyo lo esquivaba; entro a la sala común de su casa y Blaise entro detrás suyo, los pasos de Rowam eran pesados y cuando cerró la puerta de tras de si esta le pegó en la nariz a Blaise.
Blaise se quejó del dolor esto hizo que Rowam, preocupado, abriera la puerta sentando al Zabini en su cama mientras, nervioso buscaba su kit de emergencias para curarlo.
Rowam se sentía culpable, si bien, Blaise se había comportado como un idiota (y eso Rowam no se lo perdonaba) para Rowam era muy diferente gritar a golpear, incluso si el golpear era algo accidental.
Rowam se arrodilló en el suelo dispuesto a curarle la nariz a Blaise pero este no lo dejó, lo abrazo haciendo que la cabeza de Rowam terminará en su estómago.
-Blaise, necesitó curar tu nariz.
Pero Blaise no le hacía caso, parecía perdido en sus pensamientos, y aunque Rowam tratará de separarse Blaise no parecía dispuesto a soltarlo, estaba aferrado con uñas y dientes.
-Blaise...Por favor...
Rowam volteó los ojos hacia arriba, tratando de encontrar los de Blaise, los cuales ya lo miraban; pena, vergüenza, arrepentimiento y hasta tristeza se reflejaban en aquellos ojos que tanto Rowam amaba, los cuales miraban a Rowam con amor, admiración y enamoramiento.
-Rowam...Yo...Lo siento.
-No importa Blaise...
-¡No, sí importa! No tengo nada que reclamarte, el hecho de que a mí no me caiga bien alguien no tiene que afectarte a ti, eres libre de tener los amigos que quieras, incluso si yo no estoy de acuerdo.
-Blaise...
Pequeñas lágrimas salían de los ojos de Rowam, Blaise era alguien serio, jamás mostraba sus emociones y menos perdía perdón, el hecho de que se mostrará así de vulnerable le hacía entender a Rowam que de verdad confiaba en el.
Los dedos de Blaise apartaban las lágrimas de Rowam, para Blaise, el no era merecedor de esas lágrimas.
-No llores Rowam, todo lo que hago por ti es lo mínimo que debo hacer; ¿Tratarte bien? Es lo mínimo ¿Amarte? Es lo mínimo ¿Respetarte? Es lo mínimo ¿Darte regalos? Es lo mínimo.
Blaise se quejo en voz alta cuando el algodón con alcohol impactó contra su nariz pero se quedó quieto cuando Rowam lo miró, con sus lindos ojitos que parecían brillar, con una sonrisa con la que Blaise vendería su alma con tal de verla todo el día y un hermoso sonrojo que hacia destacar las mejillas del Brown.
-Eso es lo más tierno y más romántico que me has dicho, y yo también te amo Zaza.
Un corto besó fue depósito en la mejilla del Zabini, el cual, con una sonrisa dejó que Rowam curará su nariz.
-Tal vez deba romperme la nariz más seguido, si eso hace que te pongas así de cariñoso, estoy dispuesto a pagar el precio.
-...Tu manera de decir "te amo" es rara Zaza.
Blaise se inclino, haciendo que Rowam se pusiera nervioso, a pesar de que llevaba años junto a Blaise aún no se acostumbraba a estar así de cerca.
-...Te amo, Rowam James Brown.
-Y yo a ti Blaise Zabini.
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