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Luego de que todos se marchasen y de ignorar mi revoltoso sentir, me dispuse a arreglarme para dormir. Até mi cabello en una cola para desmaquillarme y enseguida cepillé mis dientes. Estando en pijama agarré mi celular para distraerme un poco, contesté así un mensaje de Jeno y después caminé hasta la cocina para tomar agua.

Bebí del vaso trasparente y continué navegando en mis redes sociales. Escuchar el timbre momentos más tarde capturó mi atención inmediatamente, fruncí mi ceño, pero igualmente me dirigí hasta la puerta.

Abrí luego de ver de quien se trataba por el rabillo de la misma.

— ¿Se olvidó de algo?— pregunté en cuanto le tuve frente a mí otra vez.

— Si— pronunció, para ingresar al apartamento rápidamente.

— ¿Qué fue lo que-

— ¿Dónde guarda el botiquín?— interrumpió, observándome esta vez.

— ¿El botiquín?— le miré sin comprender, él me asintió mientras me observaba atento en espera de una respuesta— Aquí en el mueble del televisor, primer cajón.— señalé a mi lado derecho, éste volvió a asentir para luego dirigirse a ello. Con lo que buscaba ya en manos regresó hasta mí y tiró de mi brazo con delicadeza, guiándome de esa manera hasta el sofá.— ¿Qué su-

— ¿Olvidó la quemadura en su mano?— mi boca se abrió ligeramente tras recordarlo. A estas alturas ya no ardía, por lo que me había olvidado completamente de ella— Eso pensé..— formuló a la vez que revisaba en el botiquín.

— Está bien, no dejará marca, ya no arde más— intenté convencerle, pero como respuesta sólo logré que éste tomase mi mano para examinarla nuevamente.

— Aún se ve rojo— terminó de analizar, para enseguida tomar con un hisopo un poco de la pomada y aplicarla con sumo cuidado— ¿Duele?— preguntó, observándome por un breve instante, tan solo negué despacio, haciendo que éste volviese a su ahora tarea.

Tragué con pesar al cabo de unos momentos luego de darme cuenta de que únicamente le miraba fijamente. Verle no era un crimen, sin embargo, no era un lujo que podía darme en nuestra situación. No podía comenzar a sentir cosas, no podía gustarme, no tendría que ponerme nerviosa ni por su cercanía ni por sus cuidados.

Teniendo dichos pensamientos en mente, me obligué a observar a otro lado. Pero en cuanto le vi de reojo tomar un vendaje me negué— No es necesario que-

— Evitará que la pomada se transfiera a otro lugar mientras duerme, solo es por esta noche— mencionó, para proseguir con el vendaje en mi mano.

— Gracias— dije cuando éste finalizó, mirando bien ahora mi mano vendada.

Estaba segura de que no quedaría marca como la vez anterior, ya que no había sido nada grave, pero no dejaba de parecerme lindo el hecho de que alguien se preocupase así por mí.

— ¿Mis padres preguntaron algo más durante el camino?— indagué, tratando de ahuyentar aquellos pensamientos incorrectos de mi cabeza.

— Un par de cosas, pero nada que tenga que preocuparla.— admitió, a lo que como respuesta solo asentí despacio.
Escucharlo aclarar su garganta instantes después me hizo volver a posar mi mirada en él— Sobre lo que pasó hace..

— Yo lo entendí— le interrumpí, impidiendo que terminase la oración que probablemente me pondría algo nerviosa.— Era necesaria una muestra así para que pareciese real, si.— asentí tras finalizar observando al frente.

— Bien..— asintió de igual forma, para, continuamente, ponerse de pie y caminar hasta la puerta.— Descanse— a los segundos imité su gesto y le seguí de cerca para despedirle.

|| Love Contract || Lee Juyeon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora