Mi estadía en su casa había pasado a ser de lo más normal y ameno en tan solo una semana. Los pensamientos intrusivos afortunadamente habían cesado, reinando así un ambiente cómodo lleno de paz.
Encontrarnos en diversos momentos del día luego de salir de nuestros mundos se estaba volviendo una linda rutina.
Y hoy, siendo viernes por la noche, no había sido la excepción.
— Yiseul— paré mi marcha tras escucharle llamarme nuevamente. Teníamos un buen rato charlando en la cocina, sin embargo, era hora de que cada quien regresase a su habitación a dormir.
— ¿Sí?— regresé, brindándole toda mi atención.
— Me preguntaba si.. bueno yo.. ¿tiene planes mañana?— terminó por preguntar, llevándose una mano a su nuca por unos breves segundos. Evitar mostrar una sonrisa ante ese tipo de actos era una misión que se me estaba haciendo completamente difícil, no obstante, tenía que hacerlo por el bien de ambos.
— La verdad es que no, estoy libre mañana.
— En ese caso le propongo algo— pronunció dejando de lado aquella encantadora timidez, por una expresión mayormente divertida.
— Le escucho— lo miré con gran curiosidad. Realmente no tenía idea de lo que planeaba ahora.
— Dado que el viaje no se pudo hacer, estaba pensando en programar algunas salidas.
Oírle mencionar ello me hizo ahogarme sin querer con mi propia saliva. El viaje= Celebración romántica, mejor conocida como Luna de miel.
Rápidamente se apresuró a llenar un vaso con agua y me lo extendió.— ¿Se encuentra bien?— preguntó enseguida, depositando su mirada únicamente en mi rostro.
— Todo bien, sí sí— asentí, dejando el vaso ya vacío sobre la barra.— ¿Qué era lo que decía?
— Oh claro— volvió a colocar una pequeña sonrisa en sus labios.— le decía que si a usted le parece, podemos programar una serie de salidas para reponer lo otro.— repitió con suavidad— así mismo, pienso que es una buena idea para evitar rumores y sospechas dentro de nuestras familias. Podríamos tomar fotos y subirlas, no sé qué opine al respecto.
Al final todo tenía un sentido, por supuesto que lo tenía.
— Yo..— de inmediato aclaré mi garganta al sentirla repentinamente seca de un momento a otro.— Seguro, me parece bien.— sonreí sin separar mis labios.
Estaba bien aceptar, ¿no?, porque independientemente del contrato que existía entre nosotros, había una amistad, o al menos era ese tipo de relación el que quería creer que teníamos actualmente.
— Excelente— sonrió— ¿hay algún lugar al que le gustaría ir?
Su pregunta me hizo guardar silencio para pensármelo bien— Estos últimos días me ha apetecido mucho ir a ver una película— confesé con una penosa sonrisa.
— Una buena elección— asintió despacio— por mi parte, me gustaría llevarla a un lugar en específico— ello me hizo mirarle expectante— pero lo mantendré en secreto por el momento.— entrecerré mis ojos, provocando que este ensanchase su sonrisa plenamente divertido.— Bueno, para decidir qué será primero, ¿le parece juguemos un justo piedra, papel o tijera?
Inmediatamente asentí, recordaba no ser tan mala en ese juego.
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