|| Love Contract || Lee Juyeon

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Finalmente y después de muchísimo esfuerzo el pastel estaba listo. Eso sí, decorarlo tampoco había sido cosa sencilla, pero me encontraba satisfecha con el resultado.
Ahora la verdadera preocupación era que supiera bien, estaba segura de que había seguido la receta al pie de la letra, pero al ser mi primera vez podía fracasar terriblemente en el intento. Algo que no quería, realmente esperaba fuese un buen recuerdo para él.

La colaboración por la que Juyeon estuvo trabajando tan duro durante los últimos días había decidido firmar un contrato con la empresa después de varias reuniones.

Su padre ahora era consciente de cuánto mérito ponía en cada proyecto con tal de lograr el mayor beneficio para ambas partes. Lamentablemente, ese hecho no era capaz de que palabras de felicitación y agradecimiento salieran de sus labios hasta oídos de su hijo.

Quizás si por una vez Juyeon pudiera expresar su verdadero sentir frente a su padre las cosas cambiarían...

— Yiseul— escuchar mi nombre a mis espaldas y sin esperármelo, efectivamente, me hizo sobresaltar un poco.

— Oh, ha llegado— pronuncié, para girarme hacía él— Creí que vendría más tarde, es decir, ha estado llegando pasadas de las 11 de la noche– le observé, este se encontraba junto a la barra de la cocina a unos cuantos metros.

— Hoy decidí regresar temprano— explicó con tranquilidad, sonreí ante ello y tomé el pastel para mostrarlo.

— Bueno, pues tomó una buena decisión— expresé con alegría y seguidamente me encaminé hasta la mesa.

— ¿Un pastel?— formuló con notoria confusión, hasta tomar asiento en el comedor junto a mí.

— Si, un pastel, para usted— señalé brevemente— En celebración por la nueva colaboración— añadí a mi explicación, haciendo que este por fin comprendiese el por qué— ¡Felicidades señor Lee!— agité mis manos, acto que, sin lugar a dudas, le hizo sonreír— Realmente hizo un gran trabajo.

Mantener el contacto visual al momento me estaba resultando difícil, más cuando solo se dedicó a observarme en silencio los próximos segundos. Tal vez mis palabras lo habían tomado por sorpresa, quizás no era algo que quería escuchar de mí.

— ¿Lo hizo usted?— su cuestionamiento luego de unos momentos logró regresarme de vuelta a la realidad. Asentí despacio como respuesta.

— ¿Gusta probarlo?— invité, observándolo nuevamente a los ojos. Él no se inmutó, cosa que me hizo pensar y cuestionarme el por qué había hecho todo esto en primer lugar. Mis habilidades en la cocina eran pésimas, por supuesto que podría negarse. Tragué con los nervios encima y tomé la cuchara en su lugar— Claro que no tiene que hacerlo, lo más probable es que no sepa bien— evitando se notase mi pulso tembloroso agarré un pedazo— Lo comeré por usted— tras finalizar acerqué el bocado a mí, mas su repentina acción no permitió que yo pudiese degustarlo. Mi mirada inmediatamente se posó en él luego de que me robase el bocado a escasos centímetros de mis labios.

Desvié mi vista hacía otro punto a los segundos.

Los acelerados latidos de mi corazón no me permitían pensar con claridad, eso era de lo único que estaba 100% segura.

— Está delicioso— su veredicto me hizo tragar en seco, para después percatarme de que su mirada aún permanecía en mí. El tono de su voz fue bajo y sereno, algo que no ayudó mucho a mi sentir.

A veces me preguntaba si en serio no sabía lo que causaba en mí o si fingía no saberlo.

— Es un alivio— pronuncié intentado sonar neutral. Con libertad tomé otra cuchara e igualmente probé mi pastel. Afortunadamente no sabía mal, agradecí al cielo que así haya sido.— Tiene razón..— sonreí brevemente concordando con lo último que había dicho. Piensa, piensa, piensa... — Señor Lee, quería comentarle que mañana saldré por la tarde, si ocurre algo puede llamarme y regresaré enseguida— recordando la salida con Miyoung decidí traerlo al tema para ahuyentar el silencio que nos acompañó.