Un año y unos meses después...
No podía creer que esto estuviera pasando. De todos los escenarios, jamás pensó que ella viviría eso. Su familia era un desastre, sus padres eran un desastre. Nada en su vida podía ser estable por una única vez. Esto no era una montaña rusa, era un torbellino que cada vez se hacía más fuerte. A sus dieciséis años sentía el peso de todo lo que había vivido y, a su vez, todo lo que aún no. Adora no tenía amigos. No tenía una verdadera familia. No tenía nada.
Era de noche, estaba haciendo frío y las gotas de lluvia caían con fuerza. Volteó a mirar al cielo que se iluminaba a cada nada por los rayos que estaban por caer. Nada aseguraba que la lluvia fuera a parar, aún así, ella no estaba dispuesta a volver.
De alguna forma, todo eso le recordó a cómo se encontraba hace más de un año, cuando encontró a Catra o cuando sus padres seguían comportándose como dos inútiles adolescentes. Nunca creyó extrañar eso último. Después de todo, la rubia prefería escucharlos pelear y atenerse a sus locas decisiones a vivir lo que estaba pasando. Sentía que estaba perdiendo la cabeza. Cualquier época estaba marcada por toxicidad y malestares, pero ella quería elegir lo menos peor. Solo existía un problema. Ahora, aunque quisiera, no podía elegir ninguna de las dos.
En lo más recóndito de su alma aún se encontraba el deseo.
Adora quería regresar a la época de peleas y discusiones inmaduras, cuando su madre aún no perdía al bebé, cuando no había caído en esa horrible depresión y no había tratado de lastimarse a sí misma. Quería volver a aquellos años, cuando su padre no escapaba para emborracharse la mayoría de las noches, cuando ella no se quedaba cuidando a su madre, quien había tomado el gusto de lanzarle comentarios hirientes y, en ciertas ocasiones, a aventarle todo lo que se le cruzará por su camino. Adora quería volver al pasado, cuando no habían decidido volver a Bright Moon porque había decidido contarle a su hermana todo lo que estaba pasando y la mayor sabía que ella no podía lidear con eso sola. Quería tener aquellas agrias peleas con su madre, cuando no tenía que ver cómo se la llevaban a arrastras al internado porque estaba empeorando cada vez más. Quería las miradas de disculpas de su padre otra vez, cuando no había estrellado el auto estando ebrio y, por esa razón, ahora se encontraba en estado de coma.
Ella quería tantas cosas y la realidad no le podía ofrecer ninguna, pero ese era su presente, su realidad. ¿Qué se suponía que haría? Había escondido sus pensamientos más oscuros con la esperanza de que algún día la calma volviera a su vida. Al parecer, era algo que nunca pasaría.
Su constante pensar solo la había hecho activar su modo automático, caminaba sin cesar y sin saber a donde ir. En un momento de lucidez, se dió cuenta que se adentraba a una zona boscosa. Lo único que la rodeaba eran arbustos y árboles que se movian con fuerza por el viento. A medida que avanzaba el camino se volvía más empinado y la lluvia en la tierra hacia que sus pies resbalaran. Más allá encontró un letrero, el cual le advertía que se dirigía hacia uno de los enormes riscos de Bright Moon.
Una idea silenciosa y fugaz paso por la mente de la jóven. Algo la estaba conduciendo hasta ese camino, era una decisión que no podía estructurar o verbalizar en su mente. Era ese sin pensar que tantas veces había escuchado y ahora tal vez lo viviría en carne propia. Sus pasos comenzaron a acelerarse con ímpetu hasta que un ruido cercano la detuvo.
La rubia observó su alrededor sin encontrar nada, tal vez había sido su imaginación. Decidida a seguir su camino, puso sus pies en marcha, pero entonces sintió cómo el ruido la perseguía.
Se detuvo repentinamente con el corazón bombeando con fuerza. Pero... ¿Qué era lo peor que le podía pasar en estas circunstancias?
La oscuridad de la noche no ayudaba mucho a su visión, lo único favorable era la tenue luz de la luna. Cubrió su frente para que las gotas de lluvia dejarán de obstaculizar lo que buscaba. Recorrió todo a su alcance. Y cómo si su instinto lo hubiera detectado, fijó su mirada entre los arbustos. Una pequeña figura se estaba escondiendo.
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Catra At Midnight
Fiksi PenggemarUna noche tormentosa, Adora rescata a una indefensa gatita. La rubia pensaba que sería su pequeño pedazo de paz en medio de todo el infierno que estaba pasando, pero la felina traía consigo un gran secreto.