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Tres días después, ya era 31 de diciembre...

Hyunjin se encontraba en el sofá de su casa, con su teléfono en mano. Estaba esperando a su novio, con quien acordaron reunirse para decorar la casa. Obvio sus amigos también ayudarían, pero vendrían más tarde.

Unos minutos después, el timbre sonó. Antes de que Hyunjin se levantará para abrir la puerta, su padre, Minki, ya lo había hecho.

-¡Lixxie!- Dijo feliz Minki, quién ya estaba abrazando a su yerno.- ¿Ya comiste?, ¿Te preparo algo?

-Hola, papá Min.- Sonrió Felix, correspondiendo al abrazo. Se sentía pequeño entre los brazos de su suegro. El hombre mayor sonrió por el apodo, le alegraba que el novio de su hijo le tuviera confianza.- No se preocupe, papá Min, ya comí.- Sonrío cálidamente.

Hyunjin se acercó y se posó frente a ellos, de brazos cruzados y el ceño fruncido.

-Papá, es mí novio, no el tuyo.-Dijo serio, Felix soltó una leve risita, aún siendo abrazado por su suegro.

-Oye, mocoso, a mí no me dirás que hacer.-Exclamó su padre, dejando al pecoso libre de sus brazos.

Hyunjin iba a abrazar al rubio, pero una figura delgada y de cabello pelirrojo se lanzó sobre su novio. Era su hermana, Yeji. Hyunjin quería gritar, sentía como su rostro se sentía caliente y ardía de la pura rabia.

-¡Mira quién está aquí!, ¡Mi pequeño Lixxie!- Dijo sonriente la fémina, luego se separó del rubio. Felix pudo notar la pequeña rabieta de su novio. Sonriendo, se acercó a su novio y lo abrazó.

Hyunjin correspondió al abrazo, haciendo pucheros, que rápidamente, Felix besó.
El pelinegro aún con un puchero, cargó al más bajito en sus brazos y se lo llevó a su cuarto, subiendo las escaleras con cuidado. Su padre y hermana solo rieron.

Las horas transcurrieron, Hyunjin se encontraba con su novio en la cama, quién era abrazado por el pelinegro.

-Mi amor.- Llamó el pelinegro, con su cabeza apoyada en el pecho del rubio, este acariciaba su sedoso cabello negro.

-¿Qué sucede, bonito?- Preguntó dulcemente, sin dejar de acariciar su cabello.

Hyunjin formó un puchero en sus labios- ¿Te he dicho lo preciosas que son tus pecas?, tus bonitas mejillas parecen una galaxia.- Sonrió embobado.

-Si, mi amor. Me lo has dicho muchas veces.- Sonrió y bajó su cabeza, para besar los pomposos labios del más alto.

Su beso fue interrumpido por un Minho que entró gritando.

-¡Estoy aquí!- Dijo sonriente el peli-morado, su sonrisa se borró al ver a la pareja, recostados y abrazados, muy juntos. Detrás de Minho, estaba el resto del grupo.- ¿Qué planeas hacer con mi pequeño?, sucia llama.- Frunció el ceño, adentrándose a la habitación y dejando que los otros chicos entraran.

-No me llames así- Se quejó el pelinegro, apegándose aún más a su novio, el cuál solo reía viendo la situación-, además, ¿No puedo abrazar a mi bebé?, tu lo haces con mi mejor amigo y no me quejo.- Finalizó con una sonrisa burlona.

Minho iba a hablar, pero fue interrumpido por Chan.

-Ya dejen de pelear o les daré con la chancla.- Ambos negaron al aviso de Chan, tenían miedo. Minho se escondió detrás de su novio y Hyunjin se apegó más al rubio.

-Me estás ahogando- Dijo Felix, Hyunjin aflojó su agarre.- Vamos, levántate, amor.- Exclamó el rubio, dando pequeñas palmadas en el trasero de su novio, quien estaba sobre el.

Hyunjin obedeció, el grupo bajó y con ayuda de la hermana de Hyunjin, comenzaron a decorar la casa.

Los nueve jóvenes, habían empezado a las 3:30 de la tarde y para las 6:45 ya tenían todo listo. La casa estaba preciosa.
Habían decorado la mesa, algo así:

𝐏𝐞𝐪𝐮𝐢𝐭𝐚𝐬...♡︎ / ʜʏᴜɴʟɪx-ℂ𝕙𝕒𝕥𝕤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora