Capítulo 12

4.2K 234 20
                                    

Noto movimiento a mi lado hasta que siento un peso completamente encima de mí. Abro los ojos y veo a Chiara en ropa interior. Su silueta destaca sutilmente a la tenue luz de la habitación. Se acerca con suavidad y me besa con intensidad, como si tuviera unas ganas no resueltas desde hace tiempo.

Sus labios se deslizan con destreza sobre los míos, creando un camino de besos que se dirige a mi cuello, donde besa, chupa y muerde. Retira mi camiseta, revelando la piel en la que se centra ahora.

Vuelve a atacar mis labios mientras sus manos expertas recorren con sensualidad todo mi cuerpo.

—Chiara. —Jadeo su nombre cuando empieza a dejar besos por todo mi abdomen bajando lentamente hasta llegar a mis bragas. Acerca su mano y me toca por encima de la tela, comprobando lo mojada que estoy. Jadeo con cada toque sin poder evitarlo.

—Vio... Vio... ¡Vio!

Abro los ojos al notar que alguien me llama a mi lado. Estamos completamente destapadas debido al calor que hace por culpa de la calefacción. En algún momento de la noche decidí que era buena idea quitarme los pantalones y a Chiara le pareció buena idea quitarse la camiseta. La observo un momento, tiene cara total de resaca, sin embargo, veo que sus pupilas están algo dilatadas.

Miro la postura en la que estamos. Estoy completamente tumbada mientras que ella está recostada sobre su antebrazo. La otra mano está apoyada sobre mi hombro para intentar zarandearme un poco.

El problema son la piernas, que están entrelazadas, pero, para mi tortura, su muslo roza constantemente mi punto sensible. Ella parece no notarlo pero con cada movimiento que hace intento reprimir un gemido. Estoy demasiado sensible.

Entre lo de anoche y lo de ahora... voy a morir de combustión.

—¿Cómo estás? —Pregunto en un hilo de voz.

Cierra los ojos y se tira a mi lado desenredando nuestras piernas y liberándome de la tortura. Mi primera reacción es cerrar las piernas pero necesito una ducha de agua fría urgentemente.

—Estoy revuelta. Me he despertado hace un rato intentando recordar qué pasó anoche porque no me acuerdo de casi nada.

Me observa y yo intento no mostrar una cara de completa decepción.

—Pero justo estabas soñando... —Me mira sonriendo de medio lado. —conmigo...

Empiezo a notar mis mejillas arder. No quiero moverme, no sé ni qué decir.

—Y entre que no me quito de la cabeza el beso de anoche y que no puedo parar de pensar en cómo acabas de gemir mi nombre...

Veo que se levanta de la cama para buscar su camiseta del pijama. La sigo con la mirada recostándome sobre mis codos. Encuentra su camiseta y mis pantalones, prenda que me tira para que me los ponga.

—Fue encantador también ver cómo me desnudabas anoche e intentabas no enloquecer. —Sale de la habitación dejándome algo descolocada.

Pero si se acuerda de todo.

¿Desde cuándo Chiara es así de directa?

¿Será la activa de sus relaciones? Esto ahora no importa.

Y se pira de la habitación. Dejándome así. Ni de coña.

Me pongo los pantalones y salgo detrás de ella. Está de pie, junto a la mesa, mirando unos papeles que parecen importantes pero que a mí no me pueden importar menos en estos momentos.

Me acerco a Chiara a paso decidido, pegándome a su espalda y colocando mis manos en su cintura, eliminando cualquier distancia entre nosotras. Me acerco a su oído y susurro:

Harmony in WhispersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora