Traición

3. Caos

Draco podía escuchar su latido acelerado pero nada más. Alcanzó a ver la micro expresión de confusión de Harry antes de que pudiera recomponer su semblante, volteo al frente donde Rabastan se estaba levantando de golpe. La silla tras él cayó, pero no pudo escuchar el sonido.

De nuevo su mirada se vio atraída hacia lo que parecía el futuro cadáver de su tía. Los ojos de ella giraban en todas direcciones, su expresión había pasado de la calma al pánico y finalmente al terror, pero ni un sonido salió de sus labios. Estaban sellados con magia al igual que su cuerpo inmóvil.

"Hola, primo" escucho en su cabeza. Con la lejana voz de Tonks. Nunca pudieron ser cercanos pero ahora compadecía a su pariente que estaba a punto de quedarse sin madre.

—¿Reconocen a nuestra invitada? —pregunto Voldemort —Rabastan tu seguro que lo haces, es tu cuñada finalmente. Y tú, Draco ¿Conociste a tu tía en persona alguna vez?

Nadie respondió, nadie se atrevía. Pese a haberse casado con un indeseable muggle, Andrómeda Tonks todavía pertenecía y tenía relación con la elite del mundo mágico. Había sido una Black después de todo. Familia que en su mayoria había apoyado a Voldemort. Bellatrix se encontraba encogida en su asiento pero aún en su estado de pánico intercambio una mirada llena de significado con Rabastan. Harry se pregunto que era lo que escondían y si con su reacción Rabastan no se habría delatado, en silencio el hombre había recogido la silla y vuelto a sentarse. La tensión se marcaba en su barbilla y Harry podría jurar que tenía los puños apretados debajo de la mesa. Harry también se sentó y fue ahora él quien puso una mano en la rodilla de Draco. Si bien se habían vuelto expertos en ocultar sus emociones a los demás, ambos parecían tener un poder extrasensorial para adivinar las del otro.

—A veces, se necesita cortar el árbol familiar. ¿Verdad, Draco? Primero tu tío Sirius, después tu madre y ahora tu tía. Fue una pena perder a tu tío Regulus, siempre tan dispuesto y aún velo por que Bellatrix no este a punto de acompañarlos —Voldemort suspiro —. Todos se preguntarán el motivo por el que Andrómeda Black se encuentra con nosotros y la respuesta es sencilla: ella está aquí porque su hija mestiza no puede estarlo, ella está aquí porque su yerno semihumano no puede estarlo.

Silencio.

—Han llegado a mi noticias de que la Orden del Fénix se ha dividido —continuo —Y esto nos da la oportunidad de atacar y disolverla por completo. Una de las partes la sigue liderando Albus Dumbledore, la otra el hombre lobo Remus Lupin, quien hasta la batalla en Hogwarts se creía muerto. Y aquí es donde encaja nuestra invitada, para nuestra fortuna la base de operaciones del hombre lobo se encuentra en la casa de su prometida. Andrómeda Black ha sido participante de sus reuniones por lo que tiene información valiosa y parece que está dispuesta a compartirla.

Los ojos de la bruja se agitaron aún más con esto las velas encendidas parpadearon un poco. Su magia sin varita no era lo suficientemente fuerte. Voldemort se puso de pie y rodeo la mesa hasta alcanzar la altura de la cabeza de Andrómeda. De inmediato sus ojos giraron en su dirección. Sin decir palabra pero con la varita levantada dejó caer su cuerpo sobre la mesa. Con una rapidez impresionante Andrómeda trato de huir gateando lo más lejos posible de Voldemort, pero este sin alterarse y de nuevo en silencio la detuvo con un movimiento. Tomo el largo cabello y la jalo hasta que quedó a su altura de nuevo. Los mortifagos que estaban sentados al lado se movieron un poco para dar más espacio.

Voldemort cerro con fuerza su mano sobre el cabello de la bruja, obligándola a echar la cabeza hacia atrás. Apunto su varita a la sien y un hilo plateado surgió de ella y se quedó flotando al frente. Colagusano acudió pronto con un frasco donde poco a poco Voldemort dejó caer los recuerdos.

—Ahora tengo lo que quería — dijo y con una fuerza descomunal aventó el cuerpo de Andrómeda contra la mesa donde quedó inmóvil. Caminando de regreso a su lugar en la cabecera de la mesa comenzó a hablar en parsel, siendo Harry el único que entendió lo que decía — Naginni, tu comida te espera.