11. Vigilancia

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El castillo estaba en silencio mientras Harry lo recorría debajo de la capa invisible. Pansy se la había devuelto a regañadientes, después de que Draco confesara que la había perdido en el bosque cuando lo atacaron. Afortunadamente había sido ella y no Nott quien la recogió, de otra manera estaría perdida para siempre.

No habían tenido mucho que hacer en las últimas semanas, algunos mortifagos entraban y salían de la fortaleza muchas veces trayendo más muggles que los sirvieran, sin embargo, ni a él, ni a Draco les habían pedido acudir a dichas misiones. E incluso aunque Rabastan les había dicho que practicarían algunos hechizos con él, también se había ido. Voldemort llegó la noche siguiente a ellos, aunque solo les pidió acompañarlo a cenar, a su lado estaba Snape como siempre, también había llamado a los Carrow, Nott padre y por supuesto a Rabastan.

Les dijo que quería darles la bienvenida y había ordenado un banquete para todos aunque él mismo a penas si probó bocado de la masa sanguinolenta que le habían llevado los elfos.

Después de la cena llamo a Harry y Draco, quería informales que debían prepararse de la mano de Rabastan y Snape, ya que tenía pensado para ellos una misión sumamente importante. Tras la cual, si era realizada con éxito, le otorgaría por fin la marca a Harry. Los ojos rojos relampaguearon a la luz del fuego de la chimenea tras decir eso.

Harry no hablo, pero acepto las palabras con una inclinación de cabeza. No era algo que le emocionará, conocía las consecuencias de la marca de Draco, no había tenido problema ahora que estaba bajo el resguardo de Voldemort, pero Harry sabía que eso podría cambiar rápidamente.

Mientras estuvieron en la mansión había investigado las marcas malditas pero, pese a que habían existido muchas a lo largo de la historia mágica e incluso muggle, nadie había descubierto aún como quitarlas. Draco sabía por lo que le había dicho Snape al recibirla que lo único que podría desactivarla era la muerte de Voldemort, sin embargo, después de que la vio sangrar por primera vez supo que en su caso no sería tan fácil. Su cuerpo y magia rechazaban la marca.

Siguió caminando mientras iba abriendo y cerrando puertas delicadamente, necesitaba memorizar todas las rutas del castillo y saber que se escondía en las habitaciones tras cada puerta, aunque la mayoría estaban vacías. Se había turnado con Draco para hacerlo ya que los dos al ser tan altos no cabían debajo de la capa invisible, marcaban con la varita su camino en un pergamino y después pasaban la información al mapa que tenían escondido en su habitación. El plan era que este funcionara como el mapa del merodeador en Hogwarts, había sido idea de Draco.

Ya que, aunque nadie les había dicho que era obligatorio para ellos permanecer en la fortaleza, no se sentían tan libres de ir en venir como en la mansión. Después de terminar de recorrer la planta baja, Harry volvió a subir a sus habitaciones, Draco lo esperaba sentado a la turca sobre la cama, con el mapa frente a él, había estado corrigiendo algunos trazos y agregando pergamino donde lo necesitaba. Harry le paso el pedazo donde él había estado dibujando.

—Solo hay mas habitaciones vacías y por fin encontré la entrada a la guarida de Voldemort esta... —dijo Harry recorriendo con el dedo el mapa que le acababa de dar a Draco — aquí.

—Perfecto — respondió Draco, comparándolo con el mapa grande frente a el —. Esta entrada corresponde a esta, lo que quiere decir que debemos agregar esta parte por aquí.

Comenzó con el trabajo mientras Harry se estiraba antes de sentarse junto a él, le dio un beso debajo de la oreja, Draco sonrío pero siguió trabajando. Harry se acerco mas metiendo la mano debajo de la camisa de Draco y depositando más besos en su cuello.

—No me vas a dejar terminar esta noche ¿verdad? —le dijo Draco cerrando los ojos.

—¡Oh, cielo! por supuesto que lo hare —contestó, la voz de Harry se había tornado más grave. Un escalofrió recorrió a Draco cuando sintió sus labios moverse contra su cuello.

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