8. Cumpleaños

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Pese a haber sido una de las seguidoras de Voldemort más temibles, Bellatrix había muerto en la decadencia de sus poderes. Su cuerpo había sido calcinado en el jardín trasero de la mansión y solo aquellos quienes habían presenciado su muerte, fueron quienes presenciaron también su funeral.

Voldemort se encontraba ausente de nuevo, aunque Rabastan le había avisado según les dijo después a Harry y Draco. Ambos veían el dolor que había causado en él la partida de Bellatrix, así como la rabia, para su buena suerte, está última había sido dirigida hacia Voldemort, quien pensaba era quien la había envenenado.

Todos sabían el desdén con el que trataba a Bella después de la muerte de su esposo y como también ella se había sumido en una depresión que rayaba en la locura. Era cruel, Harry lo sabía, pero toda la situación les vino perfectamente.

No querían acercarse de golpe a Rabastan ni esperaban que les dijera todos sus secretos, sin embargo, toda la situación los había unido de una manera interesante. Debían actuar con paciencia, sin forzarlo y aprovechar el limbo de inactividad en el que se estaba sumiendo el mundo mágico en cuanto la guerra, parecía que todos habían reculado para poner en orden sus estrategias.

Debían esperar, como siempre la paciencia era su mejor aliada. Y mientras lo hacían Harry tenía un plan en mente, se acercaba el cumpleaños de Draco y quería hacer algo especial para él, llevaban menos de un mes en la mansión pero gracias a los secretos se habían separado un poco.

Draco sin embargo, no se sentía con ganas de ningún tipo de celebración. Harry le había explicado ya lo sucedido en la misión con Snape, como cambio la copa y como ahora esperaban saber si su plan había tenido algún efecto. Aunque suponían que Dumbledore tardaría en destruir el horrocrux debido a que ahora no tenía la espada.

Pese a que Harry había intentado contarle todo, omitió deliberadamente la parte que incluía a Hermione. Quería protegerla y sería mejor que solo el supiera de su ayuda, eso se había dicho, pero en el fondo sabía que si le decía, debía confesar tambien que lo había estado drogando con la poción para dormir. La primera vez que se encontraron, Hermione lo había atacado, pese a que había sido ella quien lo cito en primer lugar, Harry no quería dañarla, solo se defendió hasta que ella se cansó. Finalmente pudieron hablar, como con Draco, Hermione había dejado que entrara a su cabeza. Vio lo confundida que estaba y lo decidida a hacer lo correcto, vio que quería apoyarlo. No le contó a Draco de la nota, se dijo que era peligroso y no quería arriesgarlo, fue la primera vez que probo la poción.

No quiso admitir después lo que había hecho, sabía que Draco se pondría furioso, prefirió quedárselo para sí y prometerse que la siguiente vez le avisaría, no lo hizo.

Y era eso lo que carcomía a Draco, sabia lo de la poción, se había preparado antídotos contra eso pero nunca tuvo el valor de seguir a Harry, se dijo que debía tener una buena razón para querer dejarlo atrás, se convenció de ello. Por lo que solo esperaba a que volviera para volver a sentirse tranquilo, hasta ese día. La persona que vio en el parque parecía un reflejo de sí mismo, pensó que Harry le diría sobre ella, pero se había equivocado.

Los celos le parecían infantiles en su condición, pero últimamente las palabras que había pronunciado en un momento que le parecía muy lejano regresaban a él como puñetazos.

"Aquí estoy, dispuesto a ser utilizado, si es todo lo que puedo obtener de ti, estoy conforme"

En los meses que siguieron creyó que había logrado cambiar el sentir de Harry, que lo había convencido. Pero ahora no estaba tan seguro. A menudo se descubría mirándolo en silencio, sin atreverse a resolver sus dudas. Así de cobarde era.

—Un galeón por tus pensamientos —dijo Harry, sentado ante el piano que habían llevado a la biblioteca. No lo tocaba realmente, pero le gustaba sentir las teclas y presionarlas al azar. Draco no respondió y bajo la mirada al libro que tenía sobre las piernas: "Maldiciones de sangre. Como hacer sufrir a sus enemigos por generaciones" —. De nuevo estás observándome, deberías soltarlo y ya.

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