5. Emboscada

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Harry se apresuró a su habitación, estaba seguro de que Draco ya estaría ahí, probablemente furioso. Aunque lo valía por todo lo que había aprendido hoy. Con cuidado portaba la caja de madera que contenía el horrocrux, Voldemort le había contado como había obtenido la reliquia pero sin mencionar lo que era en realidad.

Harry la habia admirado, tal y como Voldemort lo había hecho en su tiempo. El mago oscuro se sorprendió al ver lo parecidos que eran. Nunca habia pensado en hijos o en dejar un legado, cuando se era inmortal uno mismo debía ser su legado. Pero junto al joven, viendo como absorbía el conocimiento que le daba y después lo aplicaba perfectamente sintió algo parecido al orgullo que de inmediato se vio transformado en envida.

"Él poseerá un poder que el Señor Tenebroso no conoce"

Las palabras de la profecía resonaron en su cabeza. Potter debía morir, pero lo haría en el momento indicado.

Harry abrió la puerta de su habitación y la encontró vacía. Encendió las luces pero no cambio nada. Comprobó su reloj le quedaban unas tres horas para duplicar la copa una segunda vez, aún con ayuda de Voldemort les había tomado casi dos hacerlo correctamente.

Quería ir en busca de Draco y explicarle lo que había pasado pero se quedaba sin tiempo, decidió que solo le enviaría un mensaje.

"Vuelve, te necesito"

Escribio en su mano, esperaba que estuviera lo suficientemente cerca como para no tardar.

Una vez hecho eso, se concentro en la copa. Con cuidado la saco de su caja y la puso en la mesa frente a él.

Geminio —pronuncio apuntandola con la varita y una copa idéntica apareció a su lado. Ahora era momento de empezar a perfeccionarla.

Tardó lo esperado en hacerla y en todo ese tiempo Draco no volvió, una sensación de pánico se instalo en su pecho, tenía un mal presentimiento con su ausencia, también sabía que de no aparecer para la misión sería el sospechoso principal de la traición.

Haciendo un gran esfuerzo para evitar caer en desesperación escondió el horrocrux en su habitación protegiendo la entrada con su sangre para que nadie más pudiera obtenerlo, ya pensaría después en como enviarlo a Regulus para su destrucción. Tomo la otra copa y la escondió entre su túnica antes de salir apresurado de la habitación.

En el jardín lo esperaban Nott y Snape. Ambos asintieron a manera de saludo cuando lo vieron. Nott se acomodo el cuello de su abrigo pero al rozar su propio cuello se estremeció y dejo ver por un momento media sonrisa. Harry lo vio pero no le dijo nada.

—Solo falta Draco ¿Tardará mucho? Quiero partir cuanto antes —le dijo Snape a Harry.

—Yo... No lo sé. No lo veo desde ayer —a Nott se les escapó una risita. Harry apretó sus puños.

—¿Tu perro se canso de ti al fin? Deberíamos irnos ya entonces —dijo dándose la vuelta y haciendo ademán de empezar a caminar.

Los puños de Harry temblaban, pero ya había aprendido a que era mejor mantenerse frío y controlado. Pero al darse la vuelta Nott, alcanzó a ver las heridas en su cuello, como si lo hubieran apuñalado con un punzón. Un recuerdo vino a la mente de Harry:

"Parecen mordidas de vampiro" dijo Harry al ver las heridas dejadas por el anillo de Draco en los pobres magos que les había tocado atacar. Draco se rió.

"Estoy seguro de que ha sido menos placentero, me sorprendió lo rápido que se desangraron" dijo Draco mirando con desagrado su ropa. "Le pondré veneno la próxima vez. Será más limpió." Continuo mientras acariciaba el dragoncito que se enrollaba en su dedo.

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