Capitulo 19.

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Los meses fueron pasando.

El cabello de Cole poco a poco se fue cayendo, a causa de las quimioterapias.

Empezó a usar un gorro que Danielle le había regalado. Y siempre, sobre cualquier vestimenta, usaba la sudadera azul marino que Alexander le había obsequiado.

Al castaño le dolía demasiado, ver a Cole en un estado, tan gris.

Tenía unas grandes ojeras, Cole no lograba descansar, tampoco comía mucho, todo, lo vomitaba, tosia si reía demasiado.

El Pelinegro cumplió veinte años, celebraron su cumpleaños en el departamento, y la paso muy bien a decir verdad.

Leslie, Dereck, Shay y Danielle. Oficialmente se habían mudado a vivir en el departamento de Alexander. Querían cuidar a Cole. -hasta cada uno tenía copia de las llaves.- No querían dejar a Cole solo. Menos con el estado de ánimo que este tenía.

Se la pasaba recostado en la cama, día y noche, solo veía la ventana de la habitación. Y las lágrimas escurrían involuntariamente. Pensar que tal vez dejaría de ver el hermoso atardecer, y tal vez, dejaría a Alexander solo. Le dolía. Amaba tanto a Alexander.

Quería estar todo el día pegado a Alexander, abrazándolo, y besándolo. A pesar de que le dolía absolutamente todo y se sentía infernalmente cansado. Haría lo que sea para estar con su novio.

Un peso hundió en colchón de la cama, pero Cole siguió viendo la ventana.

—Hola... ¿Cómo te sientes? —escucho la voz de su amiga.

—El cielo está hermoso —desvio el tema.

Escucho una leve risa.

—Si, lo está.

Quedó un pequeño silencio, muy breve.

—Veremos una película, ¿Crees que puedas acompañarnos?.

Cole se giro para verla, notando que la punta de su nariz estaba muy roja, al igual que los ojos de la castaña.

—¿Estuviste llorando?.

El silencio fue más que suficiente para saber la respuesta.

El menor se sentó en la cama.

—No mereces sentirte así, Leslie. —Acarició el cabello de su amiga, y está rompió en llanto apoyándose en el hombro de Cole.

Sollozaba fuertemente. Liberando toda su frustración. Y abrazo a su mejor amigo.

No quería perder a otro ser especial para ella.

Cuando la castaña pudo calmarse un poco rompió el abrazo y con sus manos seco sus mejillas.

—Todo ha Sido, muy, muy duro. De verdad.

—Lo sé, pero —tomo las manos de su amiga—, tenemos que ser fuerte. Derrumbarse no nos llevará a nada.

La chica asintió, y dejo un beso en la frente a Cole.

Soltó sus manos, tomo el control del televisor y lo encendió.

Los chicos entraron al cuarto, con las manos llenas de bolsas de snack, tazones muy grandes de palomitas, algunas acarameladas, otras con mantequilla, y con bebidas, jugos saludables para que Cole pudiera disfrutar de los bocadillos también.

Alexander notó la tristeza en los ojos de Leslie pero prefirió callar.

Dejaron los bocadillos en el centro de la cama, Alexander se sentó en la cama recostando su espalda contra el espaldar de la cama, mientras tenía a Cole en sus brazos.

La otra pareja, quienes eran Dereck y Leslie. Están en la orilla de la cama, y Shay estaba sentado en el piso con uno de los tazones de palomitas en sus manos.

La película que se dispusieron a ver era: Escuadrón Suicida. Era la favorita de Cole.

Todo estaba bien hasta que Cole, comenzó a tener arcadas.

Alexander lo ayudo a levantarse y rápidamente lo llevo al baño, y vómito en el lavamanos. Mientras era sostenido de la cintura por el castaño, por si acaso se mareaba como era costumbre después de vomitar.

Ahí Alexander rompió en llanto, apoyando se frente en la pequeña espalda del menor mientras soltaba todo el dolor que había retenido. En esos momentos su fuerza se había derrumbado.

—Ya n-no puedo más Cole... —sorbió su nariz—, no quiero perderte, no puedo, no puedo... Te amo, dios te amo tanto no quiero dejarte ir.

Cole sintió un tirón en el corazón. Se giró y abrazo por los hombros a Alexander, este escondió su cara en el cuello del más bajo mientras seguía llorando. Y sentía leves y cariñosas caricias en su cabello.

—No vas a perderme, y si llego a morir, así podré conocer a tu madre, y te cuidaremos los dos, desde el más allá. —le susurro al oído.

Alexander iba a besarlo en los labios pero Cole lo detuvo.

—acabo de vomitar.

Aún así Alexander unio sus labios en un casto beso.

—No me importa...

Beso la frente del menor y rozó sus narices.

—Te amo Alexander.

—Te amo más Cole.

Estar en sus brazos, oler su perfume, acariciar su cabello y besar sus labios. Se había vuelto una costumbre, y más a eso, una adicción.

Cole amaba a Alexander.

Besar cada parte de su cuerpo, abrazarlo, ayudarle a secar su cabello, cuidarlo, protegerlo, amarlo. Se había vuelto Su rutina, la rutina que quería tener el resto de sus días.

Alexander amaba mucho a Cole.

A veces, simplemente, hay amores eternos, amores pasajeros, amores lindos, amores posesivos, amores... Simplemente amores.

Y Alexander, esperaba estar toda su vida al lado de Cole, si él se lo permitía.

Y pensar, que Cole, al creer que Alexander le había Sido infiel, Jamás le creyó ni una sola palabra.

Pero a los años, le haría falta su chico, aún así estuviera con otros, se imaginaba a Alexander sobre el, haciéndole el amor.

Y Alexander, se quedó solo, porque nadie se igualaba a Cole. Nadie era como el, no quería estar con nadie más que con el.

Porque se amaban, se amaban grandemente.

Amar es más allá de lo carnal, más allá del sexo, más allá de los besos, amarse. Es que alguien te pregunte, ¿Porque te gusta esa persona?, y que no sepas que responder. No sabes exactamente lo que te atrae, simplemente te atrae y te llama. Amor, es sinónimo de apoyo, de cariño, de ser un equipo, y sobretodo, la confianza.

Quien te lastime no te ama, solo te utiliza.

Jamás te creí. © [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora